Previous Page  126 / 214 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 126 / 214 Next Page
Page Background

118 -

palabrn, de cicnciii,

esto es, facilidad de

explici~r

los priucipios

que deben dirigir las

costumbre~,

coa refe:encrn al Sumo ll!en.

Sin embargo, son útiles estas mismas grae1as al que las recibe,

si no está en pecado mortal; porque todo

coopera.al

bien de los

escogidos.

'

Mas para que no pueda dudarse de que estas gracias son so·

brenaturales, debe haber certidumbre de que quien las mani–

fiesta, no se babia él mismo instruido de autemauo, y de que,

por la gracia de la sabidmia, hable con tanta facilidad

y

un–

cion de los divinos misterios, que se haga sentir, pou cuantos

le oigan, la especial mocion del Espíritu Santo, produciendo

los efectos saludables de conversion en los pecadores, ó de

aprovechamiento en los justos: y de que, por la ciencia no es–

tudiada, enseñe con la palabra ó con la pluma el vencimien–

to de las pasiones

y

el ejercicio de las virtudes, segun los

prin·

cipios morales de la eterna justicia.

.

€onviene tambieu examinar las costumbres de quien es

fa.

verecido del modo dicho, pues, aunque no es iudispensabl!l

que esté ·en gracia, no es regular que Dios comunique seme–

jantes dones á un ignorante escandaloso. Igualmente, si sus

instrucciones se dirigen

á

la gloria de Dios y provecho de los

prójimos,

y

si no se procura con ellas la estimacion de los gran–

des y poderosos; pues en tales casos, debe sospecharse ser

obra del delnonio y del amor propio lo que se ¡¡parenta ins–

piracion diviaa. Satanás es sapientísimo,

y

muchas veces hu–

bla por el órgano de las 'personas

á

quienes seduce, con el fin

de engañarlas y perderlas,

y

por ellas á otros muchos.

Por lo que se ha escrito anteriormente, tratando de la ca–

ridad y de la prudencia, consta que fray l\Iartin fue adorna–

do con los dones de sabiduria

y

ciencia,

y

que, mediante ellos,

no solo caminaba sin des"iarse por la senda de la justicia, si–

no tambien prncara·ba apartar

á

otros del camino ancho g:ue

lleva á la perdicion; y que oinn sus· instrucciones toda clase

de personas. Pero de la divina unciou con que se expresaba,

y

de las doctrinas sublimes que vertía, pareciendo

á

sus oyen–

tes animado del misnrn espíritu que inspiraba

á

Sau Pablo, se

deduce claramente que, uo solo se le infundieron los divinos

dones, siuo tambien las gracias gratis dadas de sabiduría

y

ciencia. Quiso Dios manifestar de ese modo cuan grato le era

el caritativo, humilde

y

paciente celo con que se dedicaba

á

instruir en los rudimentos de la fe,

á

los negros

é

indígenas

ignorantes,

á

retraerlos de los vicios,

á

que sufriesen con re–

signacion su cautiverio,

y

se santificasen en los trabajos. fue

tanta la ilustracion que Dios comunicó

á

esbc su siervo, y