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lles se refieren en ultimo ana lisis
U
esta , asi la flefensa de
SU
necesid ad
J
justi;-
cia se ria
omplcta, dieiendo que su uso es el de evita r el
1·ecu rso
a
esta postrera
extrernidad . Pl'oponienclo q ue la opinion nacional
reprima d esde el p1·incipio
los consejos pern iciosos por los seguros
y
pacificos canal es d el Gabinete
y
d e las
Camaras, se r emueve
la
n ecesidacl d e r esistirles al ultimo por el ex p ed iente espan–
toso de l a fuerza
y
de l a compulsion.
6. o
Si un Rei, hajo cualquie l· forma d e mona rquia, ti en ta el obrar contra
la opinion deciclida de la pa1·te infiuyente de l a p ohlacion, i n evitabl em ente
se–
ra r esis tido
y
desechado como Carlos X d e Francia. E sta n o es mater ia de ins–
ti
tucion n i de pol itica ; sino un necessrio resultado de l a na tural eza de su car–
go,
y
d el poder que admin.ist1·a. Pero aquella fo 1·ma d e monarquia es l a peo r ,
-canto para el monarca como parn el pueblo , que mas expon e al R ei a l choque
de esta final resistencia;
y
l a m ejor, p 1· el contr ario, ser& aquell a que interpo–
n e el mayor numero de cuerpos interrn edios entre l os proyectos d el Rei , y s n
efectiva tentativa para llevarlos
a
egecuc ion; aquella qne soroete la rneclida al
mayor nurnero d e e::tperirnentos sobre
la
op in ion publ ica,
ante~
d e ponerla en
colision con la masa gen eral-que p rescnta mas oportunidade
para la r e tira -.
da-mas p recaucio nes para el ava nce, antes d e empezar l a batalla. Se pre ume
que 1 Gabinete conoce m ejo1· que el Rei l os· sentimien tos de l a Eacion ;
y
que
las
arnaras los conocen m ejor que el Gabinete. Tambien se presumP. que el
uno
y
l as otras se h alla n bajo el
influjo p erso n al d el Rei, en ma ·or grado que
el gran cuerpo de la nacion ;
y
por lo tanto, cualesqu iera d e sus sugestionea
que sea n d esechadas e n l a
asam.bleas deliberantes , debe
r eputa1·se que
lo hu–
hieran sido aun mas d ec ididarnente por la masa d e l a corn.uniclad.
:'.\i:Ias cl ese–
ch ' ndol as alli, por m eJio d e votcfs sile nciosos , 6 clarnorosas arengas, se ahorri\
ii
la naci n
la n ecesidad de rechazarlas pm· 1nedio d e abier ta r esistencia
e
in–
surreccion
u el campo. La p e 1·sona
y
el oficio d el Monarca p ermaneccn
i l e-
110
e
incontaminados para todos l os obge tos que al bic n
e clirigen ;
y
es ons .,,_
v:ula 1. paz dd pais, asegu rados s us derechos, si n
ningun ejercicio viol nto
d e u pode1·. En suma, toda la estructura
y
mecanismo de uua
on Li Lucion
d ben esla r oq;anizados vara el e:"t.p reso
fin. d e p1·e enir 1
calamiclad de que
el P odcr Real se e trelle
y
d espedaze contra el pode r mas radi ca l del pueblo:
Y
nquclla
institucione
1ue m.uchas p ersonas suponen ahsurd arnen te que son
r e trictivas de la autoridad d el oberano encerrandola segu n di en, dcntro de
l i1nite d ema iado en1·cchos-son en realidad sus mejores protectore
Y
sah a–
.,.uardia . Ellas pr Yeen
a
l a oportuna
y
.racifica accion d e aquel
g ran
poder
r e i Len te
que sol
pol· poc
ti empo podd. ser eluclido,
y
eso siemp re a
x–
p en a
d e much os de ·o. tres para el p eblo ,
y
riesgo final de destruccion de la
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t1
d el monarca.
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itCt~ales
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