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:i
fas mejoras politicas porqu(' Campomanes
y
el mi mo Jovellanos no sintieron
la
necesidad imperiosa de afianzar las prel·ogativas <lei Trono
y
los derechos de
los Ciudadanos por medio de una Constitucion como
~a
qae nuestros delega–
dos populares han sanciona<lo. En el ou·o lado esta el fanatico d el movimien–
to rapidisimo, que habla con
de~precio
d e la Cons titucion de 1837, porque no
ha erigido en Espana altares para
todos los cultos-porque ha sentado la se–
guridad
y
decoro de la Corona sobre ::mchas bases-porque exige algunas garan–
tias de moderacion
y
acie rto
a
los
q11e-
eligen
y
a los que son elegi<los para el
grave cargo de representantes d e una nacion que reconoce la monarquia. Si
volviese los ojos acia las naciones vecinas, encontraria
los mismos ep·orcs, las
~i
mas inju ticia.s. En todas partes se pa1·ecen los hombres uuos
a
otros de un
Tnodo completo. Y en materias
COIDO
e
ta
es
donde se confirma , a mi juicio",
el dicho d el gran Verulamio :
«
Citius emergit veritas ex errore quam e:c
co1ifusione.
»
EI primet' error afecta directamente las- cue tiones pr:icticas,
y
obstI·uye
las.
•utiles r eformas : puede ser po1· tanto el mas pernicioso de los d os. Pero el se–
·gundo es igualmeute ab urclo;
y
po 1· Jo
meuos es
sintom::i de flaco entendirnien–
·to
y
de poco amable tempera.men to . Hai en el espfri tu de
much.asg.entes una
ltendencia
a
privar de
SU
honrada fama a los Olenh echores de
la
especie huma–
"Tlaj
y a
coiocar en eI propio ni vel
a
los peores
y
:i
los u:rejores hombI c:s de los.
·pasados tiempos. El autor de una reforma,
ca~i
siempre es impopular en su
•siglo : generalmeute pasa su vida entre
inqu ietud
y
p ellg1·0. Interesa :i nuestrn
Taza que la m emoria d e tales ho1nbres sea reverenci.ada,
y
que se sientau sos–
-ieniclos contra el d esprecio
y
odio de sus. co ntemporaneos, por la. esperanza de
-Iegar un nombre ilustre
e
impereced ero. Formar
la
va nguardia de la verdad
·es un servicio arri esgado :
;_quie n le emprendera si al mismo tiempo no es un
·servicio de honra ? Bien fiicil es, despues que se ban ganado los baluartes , ba–
·llar in<lividuos que planten la bandera sabre
la
m as a lta t01Te. La dificultad
sta
en hallar indivicluos que m arc hen los prime1·os
a
la b1·echa;
y
en verdad
' seri a m ala politica insultar s us cada veres, porque cayeron en esa brecha,
Y
no
·vi ieron hasta penetrar en
la
ciudadela.
Los hombres capaces d e hace r descub1imientos son generalmente los mas in–
·dulgentes con los otros . Aquellos que ansiosamente se adeiantan en busca de la
·verdad , son agradecidos con respecto
a
los que les han abierto- una pulgada dd
-camino. Casi siempre el hombre inferior
a
la mecliocridad , el hombre que a
dnras penas tiene capacidad para recoger
y
repetir los lugares comunes que es–
tan de moda en su tiempo, es el mismo que mira con desden a aquellas inte–
··ngencias a las cuales es d e udor d e que esos lugares comunes no sean todavia con–
siderados como sorprendentes paradojas, 6 condenables he1·egias.