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mente ·esta·n necesad amente formaJos con arreglo al uso mas frecuente:
fa
aeep–
cion grosera de los vocablos se introduce furti,·amente en la mente dcl razona–
dor mas abSLracto,
e
insensiLl emen te afecta sus-' miras . De aqui es que una cla–
s'e
d e moralistas r ehuye
de
la teoria que halla n <;o nturninada con ideas tan
de–
g1·adantes;
y
que otra se d eja i nodvenidarnente influi r en sus senti1nientos morales,
por bs impurezas con que l os accidentes d el
l engu;ige han cubierto sus nociones
elemental~s.
c.; i
a1guna vez se realizore la paz entre estos contrarios pri ncipios,
d el.iera ser por medio d e una representac io n d el
sis tema moral completa, im–
parcial, comprebensi va, poderosa: en que la
rnorali d ad d e
las a ccicmes ,
Ios
motivos de conducta, y la naturaleza d e
la aprobacio n moral , esten perfecta–
m ente disting uidos
y
sepan1clos ; en que una a n cha linea d e d emarcacion seFare
b
teoria de
la
prac ti ca ; en que se manifieste que la utilidatl gen eral, demos–
trada por calculo, es la base de las r eglas rnora!es, y el dec hado y criterio de
los sentimi e ntos virtuosos,-pero dejanclo que cada accion sea
impelida por el
sentimien to y fiscaliz:1da p or l a r egla, sin tole r arse ni n guna apel ac i o n
a
la uti-
1
id ad; en que los princi pi os
te6ricos sean ex pr esados
y
explicado
con estricta
i encillez, y t los sentimi entos activos r e p1·esentaclos en su n atural fue rza
y
fervor;
en
que cada parte d e la naturnlez a humana
sea
i ~ua l mente
cj r c itada
y
Yigori–
zada; en
qn~Js
en te ndimientos d e l os ll}o5ofos queden sa tisfechos,
y
l os C(ra–
zo n es d e los hombres Yirtuosos, conmoviclos; en que la ciencia, por fin,
sea
protegi d a contra l as p erturbac iones del en tusiasmo ,
y
d efondidos los sentimien–
tos g en erosos, aun con m ayor esm ero, d e l a h ebda infl uen c ia d e calculos inopor–
tnmos. Todas l as partes d e una r ep1·eser-i taci o n tan noble, ex is te n probablemen–
te
en las o bra s d e
los fil osofos a11tiguos y modernos; p ero d ehen prece·l er
mu–
chas vanas tentativas a la c ons truc c ion de este m agnifico ed ific io en alguna
fu–
t ura g eneracio n
:
edi fic io que ser a l evantado por un a rnano firrne
y
vigorosa,
a.partada de las preocupaciones de la especulucion-de la p1·actica-de secta–
de siglo;
y
lib1·e , en c uanto l a huma na 11aqueza l o cons ienta, hasta de las mas
autiles e indelebles prnocupac iones <lei caractcr personal .
De una naturaleza analoga
a
esta pugna moral , es· tambien la lucha entre
la
prudencia
y
el
enlusiasmo,
que influye sobre t oda la existencia humana.
En
:ta
~· ida
pul; li ca
y
en la p1·i vada , en la
Ii
teratura
y
e n las a1·tes , en l egislacion
Y
ha ta "e n r eligion, se reproduce esta disputa diariarne nte, bajo nuevos nombres
Y
fo rmas.
La Prudencia esta siemp1·e de al.gun modo presente,
y
llena el vado de
toda