Table of Contents Table of Contents
Previous Page  126 / 162 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 126 / 162 Next Page
Page Background

-tI6-

rech6. de deciJir

poi·

:Si

solo . Se encuentm entonces ocasionalmente en la

po.-i~

cion en que se hall::i habit11::ilmente el juez fr::inces, pero su pocler moral es

mu~

l::ho mayor: los recuenlos d el j:iri le siguen todavia,

y

su ,-oz tiene casi tanto

pocler ·como

l::i

de

la

sociedacl cle que los jnrados eran el 6rgano. El juri, que

parece disminui1· los de1·echos de la magistratura, funda realmente su imperio;

y

no hay pais donde los jueces sean tau pod e rosos como aquel en que el pu<>Llo

entra en particion de sus p1·ivilegios. Asi el juri, que es el media mas energico

de hacer reinar al pueblo , es tamhien

el

medio mas eficaz pani enseiiarle

a

relnaL

»

La ultim::i cuestion que me propongo tratar brevisimamente, despues cle tan–

to como sohre ella se ha escrito entre nosotros , en estos ultimas ti em pos, es

la que ha decidi<lo el aniculo

22

de la nue,•a Constitucion. Respetando sin–

ceramente una resolucion

tan importante coma arrie gada; que por otra parte

se halla de acuer<lo con Ia opinion que sabre este punto siempre be profesado,

aunque desconfiando de las ilusiones de la teoda :

juzgo q ue no sera iuoportu–

no presentar

alguna~

obse rvaci on es sabre el metodo directo hechas por uo es–

critor que ha tenido ocasio n de contemplar sus

res~ltados

pr:icticos.

"l\1uchas gentes , en Europa, creen sin d ecirlo, 6 dicen sin cree1 lo, que

una de las grandes vent<1jas d el YOto uni,·ersal es Hamar

a

la direccion de los

negocios,

a

hombres dignos de la confianz::i publica. El pueblo no pnede go- ·

hernar por

si

mismo, dicen, p ero quiere siempre sinceramente el bien del Es–

tado,

J

SU

instintO TIO d eja llUDCa de de ignarJe

a

aquellos que un mismO de–

seQ anima,

y

que son los mas capaces de m a nejar el poder. En cuanto 3 mi,

debo decirlo , lo que be vista en America no me autoriza

a

pensar que asi sn–

ceda. A mi

lle~ada

a

los Esta<los-Unidos, quede sorprendido al descubrir has–

ta que punto ern comun el merito entre los gobernados,

y

escaso entre

los

gobernantes. Es un h echo constante que alli, en nuestros dias, los hombres

mas <lis tinguidos raras veces son llamados 3 las funciones publicas;

y

es forzoso

1·econocer que h::i sucedido asi

a

medicla qne

la

clcmocracia ha traspasado todos

Sus antiguos limites .... . .. El pueblo

110

tiene 6dio

a

las clases elevadas de Ia

socieda<l; pero tampoco Ies profesa benevolencia ,

y

las aparta cuid::idosamente

d el pocler : no teme los grandes talentos ' pero no se aficiona

a

ellos : todo lo

qu~

se levanta sin su apoyo dific ilmente obtiene su favor ....•. Pa1·a mi esta

demostrado que aquellos que consideran al voto universal·

com9

una garan–

tia

de la hondad de las elecciones, se hacen completa· il1:1sion. · · · ·•