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rech6. de deciJir
poi·
:Si
solo . Se encuentm entonces ocasionalmente en la
po.-i~
cion en que se hall::i habit11::ilmente el juez fr::inces, pero su pocler moral es
mu~
l::ho mayor: los recuenlos d el j:iri le siguen todavia,
y
su ,-oz tiene casi tanto
pocler ·como
l::i
de
la
sociedacl cle que los jnrados eran el 6rgano. El juri, que
parece disminui1· los de1·echos de la magistratura, funda realmente su imperio;
y
no hay pais donde los jueces sean tau pod e rosos como aquel en que el pu<>Llo
entra en particion de sus p1·ivilegios. Asi el juri, que es el media mas energico
de hacer reinar al pueblo , es tamhien
el
medio mas eficaz pani enseiiarle
a
relnaL
»
La ultim::i cuestion que me propongo tratar brevisimamente, despues cle tan–
to como sohre ella se ha escrito entre nosotros , en estos ultimas ti em pos, es
la que ha decidi<lo el aniculo
22
de la nue,•a Constitucion. Respetando sin–
ceramente una resolucion
tan importante coma arrie gada; que por otra parte
se halla de acuer<lo con Ia opinion que sabre este punto siempre be profesado,
aunque desconfiando de las ilusiones de la teoda :
juzgo q ue no sera iuoportu–
no presentar
alguna~
obse rvaci on es sabre el metodo directo hechas por uo es–
critor que ha tenido ocasio n de contemplar sus
res~ltados
pr:icticos.
"l\1uchas gentes , en Europa, creen sin d ecirlo, 6 dicen sin cree1 lo, que
una de las grandes vent<1jas d el YOto uni,·ersal es Hamar
a
la direccion de los
negocios,
a
hombres dignos de la confianz::i publica. El pueblo no pnede go- ·
hernar por
si
mismo, dicen, p ero quiere siempre sinceramente el bien del Es–
tado,
J
SU
instintO TIO d eja llUDCa de de ignarJe
a
aquellos que un mismO de–
seQ anima,
y
que son los mas capaces de m a nejar el poder. En cuanto 3 mi,
debo decirlo , lo que be vista en America no me autoriza
a
pensar que asi sn–
ceda. A mi
lle~ada
a
los Esta<los-Unidos, quede sorprendido al descubrir has–
ta que punto ern comun el merito entre los gobernados,
y
escaso entre
los
gobernantes. Es un h echo constante que alli, en nuestros dias, los hombres
mas <lis tinguidos raras veces son llamados 3 las funciones publicas;
y
es forzoso
1·econocer que h::i sucedido asi
a
medicla qne
la
clcmocracia ha traspasado todos
Sus antiguos limites .... . .. El pueblo
110
tiene 6dio
a
las clases elevadas de Ia
socieda<l; pero tampoco Ies profesa benevolencia ,
y
las aparta cuid::idosamente
d el pocler : no teme los grandes talentos ' pero no se aficiona
a
ellos : todo lo
qu~
se levanta sin su apoyo dific ilmente obtiene su favor ....•. Pa1·a mi esta
demostrado que aquellos que consideran al voto universal·
com9
una garan–
tia
de la hondad de las elecciones, se hacen completa· il1:1sion. · · · ·•