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I
XIII.,
Los deberes
y
derechos índividuales.
El hombre, antes,de' formar pa,rte 'd'e la sociedad, es hombre,
y lleva oonsigo del!eCflOS y deberes inherentes
á.
su naturaleza. coa
independenci.a dela sociedad, y solo en eJte sentid'o puede decir
se que hay derechos
i~dividuales,
i?1'II[J?'esc?"ipti bles
é
ilegislables,
como el derecho de,conservar la vjda) el derecho de defenderla
contra el injusto agresor, el derecho de propiedad, el derecho do
elegir tal tenor de vjda ó tal profesion, siempre que Dopeljudiqne
el. derecho de los demás ó el bien comUD" A estos derechos cor–
responden deberes análogos, com0 el deber de amar
á
todos, el
deber de no matar, ni maltratar
á
otro hombre, el deber de socor-
- rerle @n la necesidad,
Ó
peligro, el
deb.erde no impedir
á
otros el
uSQ
de sus derechos,
\
En tiempos anteriores se prQpendió con freouencia
á
descono–
cer los derechos naturales del hombre; en los aotuales se exager
ran
y
desnaturalizan, Los qu.e hoy se denominan derechos iucli–
viUuales, no,lo,son en realidad, ni son absolutos, ni ilegi lables,
sino ,:'t condicion de n0 envoI-rer en su ejercicio, peligro de coli–
sion con otros derechos, conservándose el órden público, el 61'–
den moral y el bien general de los asociados, Esta condicion trae
su origen de la misma ley natura.J,
y
prescriOe ademas que el bien
oomun debe 'anteponerse al bien particular, Todos los derechos
individuales, aUJ;llos q1,;e son verdaderamente tales, si' se consi–
deran en concreto
y
por parte de su ejercicio, están sl\jetos <11e–
gislacion, ó directa ó indirectamente, Las mismos partidarios de
los del'echos
,incUIIJiduales,
hoy en boga, reconocen eu la práctica '
qne están sujetos
á
lª, legislacioo positÍ\\a,
XIV.
La"libertad de impl'enta.
La ley natural
prohi.beinfluir
y
cooperar en el daño del pró–
jimo,
y
es indudable que existen hombres per\7ersos, que
Ó
por
malicia, ó por fines pa.rticulares" infiltran el el'rm en el corazon
y
~n
la cabeza de los demáshombres, y princip<;tlmente de los seu–
cillos
é
,ignorantes, El poder público tiene el deber de impedir·
la enseñanza
y
propagacion de las doctrinas que, sobre ser evi–
dente,mente erróneas, son peligrosas
y
contra.rias al bien físico
y
moral de los miembros de la sociedad;
á
ello le obliga el deber