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to está ya organizada. Esta sociedad no puede existir, ni
COI)- .
servarse sin ser goberna:da por una autoridad. ó poder público,
capaz de comuuicar unidad
á
la misma
'y
dar conveniente direc–
don
á
las varias manifestaciones de la actividad individual. Esta
autoridad suprema consecuencia lógica
de
la sociabilidad humADa,
es anterior en órden de naturaleza
á:
la sociedad, bien sea que
se considere
á
esta como organizada, ya bien sea que se la conside–
re en 'Via de organizacion. La constitucion
y
'existencia de la
sociédad civil pl'eS\lpOne la constitucion
y
existencia pI'évia de
un poder público real
':l
concreto. De aquí se infiere que la teo–
ría de la
sobera.nía nacional
es contraria
á
la naturaleza. de la '
cosas,
y
errónea en el terreno de la ciencia, equivale
á
afirmar
que la causa procede del efecto. Es ridículo concedeyal pueblo
un derecho que nunca puede ejercer, segun confiesan los par–
tidarios de esta teoría: decirle que es soberano, que en él resirle
la autoridad suprema de gobierno, que es dueño de si mismo, y
al propio tiempo despojarle de este derecho y de esta pretendi–
da soberanía, obli gándole {t trasladRlrlo
á
otro.
Considerada la autori dad suprema social en si illi sma, sn
orígen
y
l'azon suuciente se encuentra en la misma
naturale~a
del húmbl'c como ser sociaJl,
Ó
mejor dicho, en Dios, su autor;
porque así como eI carúctel' §..ocic'tl d(}l hombre no trae su orígen
de la volun tad de .este, sinQ del Oriadur, que lo hizo sociable,
asf
tamlJ~eo
trae. su orígen del CriaElo1',.
Ó
si se quiere, ele la misma
natura.leza humana, la autoridad suprema, elemento eS0l1G;in,1
S'
co~d icion
neces,tria de la sociedau. . Considerada en cuanto 1'e–
lH'e.
~ntada
y
existente en estas ó áquellas personas determina –
das, reconoce por orígen algun heoho humano
ó
.1wr'ÍClico,
ó sim–
p.lem~nte
voluntario.
Así se concilian las doctrinas de los tel)–
lQg0's
':l
filósofos acerca del orígen del poder público.
La soberCl/n;ta nacional
y
su manifestaciou lógica, el
S1~¡:/'Ct
gio u,niversal,
en el sentido que los expli ca elliberali. roo moder–
no, solo conducen directamente
á
la insUl'reccion de los ambicio ·
sO'S
y
l'L
lfl. insuborclinacion general de las masa.s contra el poder
público, siendo incompatibles con el órden público y con la paz,
bienes pl'ineipa.les de la sociedad civil.· .
La soberanía
y
el sufragio
univers~vl
le.jos de ser orígen
1.mt–versal,
.
ni fuente
única
de la autorida:d social, solo pueden
serlo en casos excepcionales,
y
aun en estos casos siugnJares, no
son fuente del poder públi co como legítimo, sino
á
<,óndiciou de
que no exista de derecho esta autoridad en otro sugeto.
En el órden teórico
y
científico, la teoría del sufra.gio
ulYi–
versal es irra.cional
y
absur~,
porque supone que la volunta\\
humana es fuente del derecho, norma de lo justo
é.
injusto. En