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~199~

to está ya organizada. Esta sociedad no puede existir, ni

COI)- .

servarse sin ser goberna:da por una autoridad. ó poder público,

capaz de comuuicar unidad

á

la misma

'y

dar conveniente direc–

don

á

las varias manifestaciones de la actividad individual. Esta

autoridad suprema consecuencia lógica

de

la sociabilidad humADa,

es anterior en órden de naturaleza

á:

la sociedad, bien sea que

se considere

á

esta como organizada, ya bien sea que se la conside–

re en 'Via de organizacion. La constitucion

y

'existencia de la

sociédad civil pl'eS\lpOne la constitucion

y

existencia pI'évia de

un poder público real

':l

concreto. De aquí se infiere que la teo–

ría de la

sobera.nía nacional

es contraria

á

la naturaleza. de la '

cosas,

y

errónea en el terreno de la ciencia, equivale

á

afirmar

que la causa procede del efecto. Es ridículo concedeyal pueblo

un derecho que nunca puede ejercer, segun confiesan los par–

tidarios de esta teoría: decirle que es soberano, que en él resirle

la autoridad suprema de gobierno, que es dueño de si mismo, y

al propio tiempo despojarle de este derecho y de esta pretendi–

da soberanía, obli gándole {t trasladRlrlo

á

otro.

Considerada la autori dad suprema social en si illi sma, sn

orígen

y

l'azon suuciente se encuentra en la misma

naturale~a

del húmbl'c como ser sociaJl,

Ó

mejor dicho, en Dios, su autor;

porque así como eI carúctel' §..ocic'tl d(}l hombre no trae su orígen

de la volun tad de .este, sinQ del Oriadur, que lo hizo sociable,

asf

tamlJ~eo

trae. su orígen del CriaElo1',.

Ó

si se quiere, ele la misma

natura.leza humana, la autoridad suprema, elemento eS0l1G;in,1

S'

co~d icion

neces,tria de la sociedau. . Considerada en cuanto 1'e–

lH'e.

~ntada

y

existente en estas ó áquellas personas determina –

das, reconoce por orígen algun heoho humano

ó

.1wr'ÍClico,

ó sim–

p.lem~nte

voluntario.

Así se concilian las doctrinas de los tel)–

lQg0's

':l

filósofos acerca del orígen del poder público.

La soberCl/n;ta nacional

y

su manifestaciou lógica, el

S1~¡:/'Ct­

gio u,niversal,

en el sentido que los expli ca elliberali. roo moder–

no, solo conducen directamente

á

la insUl'reccion de los ambicio ·

sO'S

y

l'L

lfl. insuborclinacion general de las masa.s contra el poder

público, siendo incompatibles con el órden público y con la paz,

bienes pl'ineipa.les de la sociedad civil.· .

La soberanía

y

el sufragio

univers~vl

le.jos de ser orígen

1.mt–

versal,

.

ni fuente

única

de la autorida:d social, solo pueden

serlo en casos excepcionales,

y

aun en estos casos siugnJares, no

son fuente del poder públi co como legítimo, sino

á

<,óndiciou de

que no exista de derecho esta autoridad en otro sugeto.

En el órden teórico

y

científico, la teoría del sufra.gio

ulYi–

versal es irra.cional

y

absur~,

porque supone que la volunta\\

humana es fuente del derecho, norma de lo justo

é.

injusto. En