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Y
de sus acoiones, se igue necesariamente que deben ._el'
bue1tn~
aquellas acciones que por su naturaleza no apruxiruan
el
l)U
J~_
tro último fin , y malas las que nos apartan Lle
él.
No de truye esta: verdad el hecho hi tórico lle que entre
lu~
e 'partanos y antiguo germanos eran tenida por licita' eo
a~
esencialmente mala.; porque algunos hecbos ai lado no
llesvirtuau el consentimiento general de los noml)res,
y
porque la
ignorancia, los malos hábitos y las pasiones, pueden oscmecer
ht
nocíon del bien y der mar con respecto á algunos preceptos ele la
ley natural revestidos de ciertas circun taneias,
y
cuando no son
primarios é inmediatos.
v . .
La,
libertad, condicioll
necesal'ia
de
la mornli{lad. .
La libertad humana es una coudícion indispen 'ablc para 1<1
moralidad del acto humano. La voluntad huma,na en general, .
una inclinacion
Ó.
energja racional al bien. El objeto del entei'ldi–
mieuto es lo verdadem¡
y
el objeto de la. voluntad es el bien: así
como la fuerza cognoscitiva del entendimjento no se limita
tí
esta
ó
aquella verdad, sino que todo lo verdadero.cabe en la esfern. de
1<1. actividad intelectual, así el objeto adecuado á la voluntad os
el bien l.uüversal, en el cual están incluidos los. bienes particula–
res. Oon respecto á Dios conocido intuitivamente, )a voluntad
humaua no es libre, porque no lo os respecto del bien universal,
cuya realizacion ve en Dios. .
La libertad de
contracliccion,
denominada en cuanto al ejerci–
cio, incluye la indiferencia para
pon.er(. no poner un acto. La de
cont1'C¿r¿f.dad
incluye la indiferencia para ,poner actos contrarios.
La de
especificacion
inccll1ye indiferencia para poner actos diver–
sos aunque no sean +:igurosamente contrarios.
La.
indiferencia necesaria para la libertad no debe concebir. e
como'puramente
pa,siva
ó
de perfecto eqlúlibrio, sin inclinacion
hácia uno de los estremos. "Yo no admito, decia Leibnitz, una
indiferencia de equilibrio, y no creo que se elija nunca, cuando se
está abSolutamente indif81.1ente. Una e1ecc10n de tal natmaleza
se.ria una especie de pma casual'idad/'
La coaccion y el libre albedHo, son absolutamente incompati- .
bIes; porque la coaccion procede de un principio externo al ope–
rantf', y el acto libre de un principio interno. El acto verdadera–
mente libre presupone: 1? el conocimiento del objeto en cuanto
bien particular: 2? que escluya toda coaccion propiamente dicha:
3? ,que
proc~da
de la \'oluntad) no por simple
~spontaneidad)
sino