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,
teorías que colocan el último fin del hombre en algun bien
finito~
y
las que relacionan el acto moral con una bondad abstracta é
. ideal,
y
no con un ser singular, real
y
viviente.
Falsas
teodas
sobl'e la
.DIOl'alidl1.d
de los
actos hUlllanos,
Kant hace depender la moralidad del acto humano de la fór–
mul,a abstracta de la ley del deber. Hablar del deber
á
uua Ta–
zon finita
y
una voluntad vacilante, sm presentar este deber co- .
mo la tendencia natural y racional
á
la perf'eccion completa del
agente; hablar de la moral que manda obrar y prohibe lo que se
debe evitar, sin relacionar esta ley moral con un legislador que es
princjpio, sancion y premio; hablar de moral sin personificarla en
algun objeto, capaz de perfeccionar al hombré, satisfaciendo- su
aspiracion irresistible hácia la verdad,
y
el bien, es reducir la
moral á un estoicismo, tan estéril corno ineficaz para el bien, es
formular una moral racionalista, cuya influencia será fácilmente
ahogada por la voz de las pasiones y por la influencia de los
intereses.
.
Los epicúreos
y
Saint-Simon, Fouriar, Owen yotros socialis–
tas reducen sus sistemas á la plena satisfaccion de las pasiones
humanas, lo que equivale á negar la existenciade un destino final,
y la 'de un bien infinito capaz de llenar las aspiraciones del
corazon.
.
Segun el filantropismo la beneficencia es el único fin que de–
be proponerse la voluntad en sus actos; pero esto no es posible sí
no ordena. esplícita ó implícitamente estas acciones á otro fin
ulte'rior, como término de sus aspiraciones.
.
La teQría utilitaria, la mas seguida en la práct'ca, no recono–
ce otro fin á las acciones humanas qne la utilidad
y
el bienestar
del operante, no solo con relacion á las acciones indívidmles, sino
tambien con relacion á los asuntos sociales
y
políticos, verificán–
dose con demasiada frecuencia que las presclipciones de la ley
natural
y
del órden moral son atropelladas por lo que se llama
utilidad pública
y
ra~on
de estado.
Tambien siguen esta teoría
los defensores del panteismo. No es la utilidad privada 6 pú–
blica la 'que debe dirigir nuestras acciones, sino la moralidad.
interna y esencial, derivada de la ley natural y de la razono