-154-
aqt¿ello que se oonoce¡
sino que son
aq~tello
pOt'
lo cual se conoce
alg'una cosa/
esta doctrina cierra la puerta al outologismo
y
al
idealismo,
El entendimiento, como facultad cognoscitiva de un órden
superior
y
esenCIalmente dIterente de la sensibiliQad, exige un
modo de representacio1l' ó de accion oQjetiva cliferente
á
la que
corresponde
á
la percepcion de los sentidos. Los objetos exter–
nos solo se representan en la sensibilich,d ba¡jo 13, forma de singu–
laridad, pero al entendimiento se representa n bajo la forma
ele
uni ve)rsa.lidad. Solo Dor medio de las iLIeas impresas abstraidasde
las representaciones -sensi bIes me·dia.nte la;accion del entendimien–
to agente se esplica la union inteligible del objeto con la. facultad
inteligente, union que constituye una condicion necesaria de noda
percepcion intelectua.l, al menos cuando se refiere
á
objetos diR–
ti'ntos de la misma alma
y
de sus actos. Las ideas 'expresas no
son mas que el término de la accion intelectual, ó la concepcion
de la cosa.
lII.
•
\ Sistenias
acerca
del
origen
de
las
idealS.
Los sistemas filOf;lÓficossobre el orígen de las ideas puedOll
reducirse al em
\1
ioo, ontológico
y
psicológico, pues las dema:
teorías SOn fases
él
aplicaciones mas
ó
mónos completas de algu–
na de estas tres escuelas ideológica.".
IV.
Escuda empbica,
ó
teql'Ía
Rdcológiea
sensista.
No merece los honores de una refutacion el error garrafal
. de Epicuro, Demócrito
y
otros materialistas antiguos, para los
. cuales las ideas eran imágenes corpóreas,
ó
sutiles telillas que
, se des¡ilrenden de los cuerpos para entrar por los órganos de
lo~
sentidos.
Pa.raHobbes, Toland, la Mitrie
y
otros incréllulos del
siglo pasado, las ideas no son mas que modificacione , cualida–
des
y
movimientos de la materia
y
de las fibras del cuerpo, al–
gunos materialistas han renovado en nuestros dias esta teoría.
La sana filosofía Vel sentido comun rechazan· esos absurdos,
Segun Locke el orígen de t,odas las ideas intelectuales es
la experiencia
externa
mediante la cual percibimos los oOjeto.
existentes fuera del nosotros, ó la
vJ'/¡terna,
con la cual percibi–
mos las mutaciones
y
afecciones del yo. Luego la sensacion
y