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-150-

a1ma

racional pel'eeiem por

~Ul iquilacion,

soria

de

peor concticion

que el cuer] JO, q\1e persevera despn s ele la mu rte,

)1

basta de

peor eondi cioll que los brutos,

la'

plant as

y

lo, cuerpos inan i-

1~1 ados,

que IlL't'maneccn en cuanto

¡\

los eh'mento::> que entran

en su

CO t1.'~i tu cion :

XVII.

I~ l

fin

último

r

gE'll cl'al CJue se

prop u ~o

Dio, en la en'eaeion

el o

todas

1<"1,:\

cosaRfué

su

gloria extrín. eca,

CJue

con.

i.

t e

en que

SUl:;

j.)('rfl'ccioil es ean manifel'ltada., conocida' y

ame:l.das

por los

sere~

C<lI><tt;O::>

de

ell o. Lo. fine {'speeiales v8 rían en los eres; por lo

que

tc:C fL

al alnHl. podemo. u<:'cir qu e el fi n próximo

y

especial

á

((\1.0

está

rle~til1ada

es

la

felicilla.d

que

pu ' l1e con. egui r conocien–

do

y

an,éli.lÜO

á

Dios. En lo::; sero" que obran

neceo:l.I

·i amente

('0-

ll \)l '1'11l 0 ~'

::in fin

pr6xi mo

por

los efectos;

así

conocemos qué

01 fin

del

~o i C'~

nnminar

y

caleutar la tie!Ta,

quo

el fin

de

lo, t'll'bol es

e. '

]1

f(líll1 cit' fru t.o,

el Lle la lluvia. regar la.

tielTrl.,

porgue est o ' Sel'eR

ti

erJi.ln

nml,

t"llllencia

n <~tl1l'al

:.i.

t ales efect'OR; así podemos cono–

cer

<.'l

fin

¡:níximo del alma po r su t eJ:l.dcncia nat ural: es un be–

eho

psicológi l'o que el n,lma

c~erj meIJt,~

uua tendeucia. m1tl1l'a.l

lAf('licida cl t al

que

110

pllh le

d~o.i a1'8~·

de ella: luego la felici–

üad

eR SIL

fin e"lWC!().l. El alma puede ll r.gar

á

e. t e ue tino, si no

lu im)¡id por

S::t

culpct: Di os no ]lUede tener al bombre en un eD–

g:

fl o con"'tantc

é

io\'encible,

y

le t endr:ia en tal engaño, si

el

alma

, iu cnlpa

<::u:;a

no puede ll egar

á

r,¡¡

desti no,

plle~

que le inspira

un de:o:eo invencible

ue

feli ciL1ad el que nunca podri a cump lir:

ú

mas el hombl'e seria, de peor condl cion que las bestiaR, que satis–

f;l cen SllS

apt·titos,

y

el

00111ll1'e

estnl'ia cOl1clenado

á

a.l)eterOI' siem–

pre,

sit)

T'oder

-'aci" t' el apetito.

Y

no se diga. que el hombre

dc–

¡.;ea·

natllr?lwrnte bonores

J

riql1 ezar, que no alcanza IDucllas ve–

<? c",

porque este deseo no vi ene necesariamente de la natu ralezu,

p :n:s que

mu r has , ecep,

se

renuncia

á.

ello, lo que no sucede en

1

.deseo

c1t'

la.

fe1ir,iuac1.

La fel icidad {\, la que está destinada el alma ha de durar eter –

namento: porque el upseo r¡ue ell a experimenta necesariamente

dr; la feli eidad es el deseo de una fe licidad que aeie entera.mente

el

apetit o.

y

dejaria de saciar si no fuese peI'petuo; el mismo Cice–

roo aun quC' gentil

y

sin la luz de la divina reve.lacion

10

conoci{¡

L'uanno decia: ', 'i la vida bicnaventura la puede perderse, no lme·

~1\l

.

el' bi('llUHlllturada."