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ENTRETENIMIENTOS
palabra, hemos estimado Jos
del~ytes,
la ele·
gancia , y las riquezas, y respetado las gran–
des fortunas, quando hemos sido castigados,
viendo al donayre,
el
fausto , el luxó, y la
riqueza , obtener el lugar de Ja sabiduría,
y
hacerse otros tantos títulos para llegar
á
las
Magistraturas. ¿Qué República hubiera po–
dido sufrir
á
Jos hombres despreciables, que
··n sucedido
á
Pericles' Aturdidos, lasci–
vos, avaros, &c. no han visto en la
ad1ni–
nistracion de que estaban encargados mas
c;_¡ue el poder satisfacer mas facilmcnte
:í
sus
pasiones. No temiendo ni los respetos , ni
el juicio de una mnltitud tan viciosa corno
ellos, ¿habían de molestarse en obrar bien?
Solo cuidaron de admirar, y engañar
:í
los
mirones con secretos,
y
enredos en las ocasio–
nes mas arduas : no gobernando sino por
conciliábulos , y embrollos , únicamente
intentaron hacer las leyes sujetas, y dóciles
á
sus deseos , y blandas para sus designios;
y
á
lo mas tuvieron destreza para engañar
á
unos pocos Ciudadanos virtuosos , manifes–
tándoles una , ó dos acciones honestas , con
esplendor , y semejanza de tales,
y
con el
fin de poder ser libremente injustos al abrí-
.
go de una buena reputacion usurpada.
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:
Inferid de esto , Aristias, qrn; no h.ªY
1:1
\>olítica .:ir-
virtud, por pequeña
que
parezca a los o¡os
;~~!,~!:~ 'º"
de la Política, que pueda , sin evidente peli-
gro,