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ENTRETENIMIENTOS
blo; y todo el resto del vulgo en des–
preciar las leyes , con que se le queria
oprimir. Si alguna vez se reunian las dife–
rentes órdenes de
la
República, erá solo
por unas ideas de ambician ,
y
avaricia,
'que las ha<:ian odiosas
á
los Pueblos ve–
cinos
á
la Laconia , sobre los quales exer–
•'f:ian sus públicos ladronicios, experimen..
I'ando de ellos por turno la venganza.
Si Lycurgo hubiera fomentado los erro–
res de su patria, en lugar de disiparlos, con·
tinuarian los Espartanos en ocasionarse <lis–
.gustos : siempre puestos
á
la mira de los
desórdenes de la tiranía,
y
anarchla ,
y
siem·
pre desgraciados, desvaneciéndose de ser al–
gun dia felices ; no hubieran cesado de ani–
quilarse, sino quando uno de sus enemi–
-gos les hubiese reducido á
Ja
condicion
de los Helores. E ste hombre ,para ellos di–
vino les puso en la meda de su fortuna:
fué sencilla su operacion : no se dexó ar–
rastrar de sus preocupaciones : quiso con–
sultar
á
la naturaleza : descendió hasta lo
mas secreto del corazon humano ,
y
pene-
1.3 primera
tró lo mas oculto de la providencia. Sus
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1
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leyes , hechas para repr.irnir nuestras pa..
decer las
Le.
siones , no se dirigieron a otra cosa , que
á
i'e~~
natUra·
explicar, y afirmar las leyes mismas, que
el Autor de la naturaleza nos prescribe
por el ministerio de la razon, con quenas
ha