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ENTRETENIMIENTOS
pados solamente con el presente instante,
este se nos escapa sin detencion;
y
puesta
sie 1npre
nuestra Política
en unas circunstan–
cias no previstas, ve engañar sus esperan..
zas ,
y
d esconcertarse sus proyectos. Expe·
rimentamos que lo que ayer parecia pro–
curar algun género d e calma
á
la Repúbli–
ca ,
hoy
excita una tempestad nueva. ¿Por
~\l~é ,
pues , no
volvetnos
á.
tncditar aque–
l los lucidos principios , fixos ,
é
inmutables,
que nos ha dado la natura.leza para buscar,
y
·afirmar nuestra felicidad?
Gozaba
yo
de un duplicado placer,
querido C leofanes , escuchando
á
Phocion:
vcia que Aristias considerando
interiorn1en–
te lo que d ecía , estaba combatido con el
deseo de instruirse
,
y
el
ten1or
de ser en–
gañado.
Pintábanse
sucesivamente
estos
sentimientos en su rostro,
y
así por ayu–
dar
á
su razon le dixe : O s aconsejo, Aris–
tias , que no perdais
enteran1ente
el con–
suelo por no veros tan habi l como lo es
Phocion: se avergonzó,
y
se sonrió. Va–
lor
,
pues , que si sois generosÓ en conce–
dern1e, que en 20 aiíos que teneis de edad ,
se pueden ignorar n1uchas cosas , sereis sin
d uda digno de ser su discípulo. ·A estas
p alabras romó en Aristias
el
amor
á
la
verdad
superior
lugar al amor propio:
y
echándome sus brazos al cuello , solo
por