DE PHOC[QN.
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mejantes en la condicion á los animales: ja–
mas pueden ser honradas como substancias
inteligentes; y no se las hace honestas , sino
sujetándolas á las leyes de la razon. En al–
gun modo excus9
á
la juventud que se ex–
travía; porque C!ada edad tiene desgraciada–
mente sus enfermedades; pero quiero que
en lugar de aplaudir sus errores, queriendo
ennoblecerlos , tenga valor para desaprobar–
los; y tambien que la razon conserve su
li–
bertad, y que poniendo honestidad á
Ja.
mal–
dad misma , se avergüence de las imperfec–
ciones de los sentidos.
No ignoro que la esperanza de los pla–
ceres ha producido algunas veces cosas gran–
des. Sé que los Escytas conquistaron en otro
tiempo la Siria,. porque tenia suntuosos pa–
lacios , deliciosos licores , y mugeres muy
adornadas. No me admiro, que estas pasio–
nes brutales hayan dado á un Pueblo salva–
ge valor, y atrevimiento. ¿Pero estas mis–
mas esperanzas hubieran producido las mis–
mas qualidades en un Pneblo delicado,
y
debilitado por los placeres? Observad,
Aristias, que desde
el
instante que empe–
zaron estas pasiones
á
gozar del precio de su
victoria , se hicieron los valientes Escytas
tan floxos, y débiles , como los Pueblos que.
habían vencido;
y
que estas mismas pasio·
nes no les dieron alguna virtud de las que
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cons-