DE PHOCION.
159
Jo que debe trabajar de intento la ·Política,
prohibiéndolas en una República viciada.
Tiene
á
su cabeza ese vicio·, cuyo nom–
bre ignoro , monstruo de dos cuerpos,
co1n–
puesto de avaricia, y prodigalidad, que ja–
mas Se C:>nsa de ac'tfítirir, y de disipar , y
CU•
yas necesidades,
sien1pre
recientes,
é
insacia–
bles ,
á
ninguna injusticia se niegan. Si es de–
bil, y se manifiesta aun con alguna reserva,
reunid vuestras fuerzas ,
y
atreveros
á
con1-:–
batirle con valor. Perseguidle hasta sus
últi~
mas trincheras; y si no se vence, nada ha–
beis hecho. ¡Qué error
el
de algunas Repú•
blicas el de prohibir
el
luxo del público, y
tolerarle en el seno de las familias, conviciar
á
la modestia de las costumbres por las le–
yes que prohiben el gasto , y alterarlas por
la pompa de las fiestas públicas!
Si este vicio clespues de haber corrom–
pido todo el cuerpo de los Ciudadanos,
reyna con tanta desvergüenza, como
in1pe–
rio, no hareis otra cosa ,, que irritarle,
y
pre~
pararle una nueva victoria, atacándole de
frente. Burlaos entonces de él, ponedle ase–
chanzas , y obrad con la prudencia de un
G eneral , que no atreviéndose
á
dar la bata–
lla
á
un exército , cuya superioridad conoce,
le incomoda en sus operaciones,
le
corta Jas
fuerzas , y procura, en una palabra, fatigar–
le , y arruinarle sin apresurarse en nada. Es-
te