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derni. pueblos.
y
<le. ele allí, m'ls elevada aún
que la región el n le se
d e -;enc~de n an
las
te ~1 -
pes ta les que des truyen las c,1pnch s;-i.s Cl'eac10-
nes de la fam a ap:1sionada é inconsis tf! nte, co n·
templ a , con la foerza in nutable de la inmo rtali –
dad, desarrollar:e la historia im pe li da por los
dos ;;1otores que caracterin n el
~e ni o
de aque–
ll a raza privilegiada: el sentimiento ele lo bello
y
Ja pene trac ión de la idt!a . Artis ta. po r sec re to ·
irres istibL impulso el e s u org,1ni s1 no, Homero
e ngend ra toda su reli gión e n
b
fornn
de un a
epopeya heroica; Fidias, en frío y duro má rmol,
encadena al Jú piter Olímpico; Platón. con aque–
ll a irresistible rn elo:lí a. qu e dest il a su divi na e lo–
cu encia, arru ll a nu es tra mente pa ra h1 ego des–
pe rtarla en el reino de lo ab ·olu to
é
infinito.
Home ro, F i.::lias
y
Platón hace la rgos siglos qu e
han dejaclo de se r tres
hombre~
i,nic iados e n
los mi s te ri os del ar te, pa ra conver tirse en tr es
fu erzas, que. a l sen tirl as agita rse e n e l pensa–
mi ento hl1mano. refrescan la atmó..,fera , no ya
de un a época hi s tórica, sino de toJa la huma–
ni clacl.
El ge nio griego ((e rí ri tu Clt ri OS<?
y
áv·icl0
de ci encia>: como lo defi:1e Platón, se ha ll a–
ba admirablemente preparado para e l desa–
rrollo ele la filosofia. En la India, la idea es pe–
culativa, cálida
y
enig .ná tica, á la mane ra de
un globo sin
el
necesa rio vapo r, se nos prese n–
ta, rebosa nte, agitándose dentro de un mismo
radio. Es que allí era cultivada e ll a por un a
casta heredi ta ria,
y
su fin se h1llaba s ubord ina–
do al con ce pto teosófico de aque l ext rañ o mun –
do. Alcanzó la India la unidad en filosofía, re-