-q-
por las que
at~avieza
e l a lma
hum ~rn a,
nos
cor~cluce n progresi vame nte a l estado ideal: al ant·
quil ami e nto del ser.
La filo sofía india es, sin duda, edificio monu .:
me ntal de la cie ncia antigua: profunda, ex te n–
sa
y
maj es tu~sa ,
á la pe netración
el~
la idea
une la .magni fice ncia de la forma. Su re li g ión
y
su filosofía son poemas de inimita ble hermo –
sura:
Pero, dominemos acp1 ella at racció n que su
explénclida grandeza debe ej ercer e n todo hom–
bre qu e rinde culto
á
la inte li g e ncia s upe rior:
la filosofía indi a nos brinda e l lico r emponzoña-·
do qu e contici1e su panteísmo teogó ni co
y
s u
metemp ~ ícosis
uni ve rsal.
.
· E l
pa~tt;ísmo
indio no es un panteísmo tran s–
formista
y
activo, s ino un panteísmo absorben–
te, extático
y
fatalista. A nte
la fu erza del Su–
premo Ser e l
indio ·debe ir aniq 1.1ila ndo s u
personalidad por medio de la vida contempla–
tiva, pa ra ser contenido cua nto an tes en la in–
mensidad de Brahrna. Las necesidades, exigen–
cias
y
placeres de la vida real re tarda n esta
unión; por es to el fin de la mora l es la Nirva–
na, e l reposo destructor, la inmovilida d perfec–
ta en una exis te ncia puramente especu lativa
y
mística El mundo, considerado como dura ex–
piación, es pes0 insoportable. La ac tividad, e!
ú10vimiento, significan dolor, culpa
y
retardo .
1::ª
pará lisis del o rganismo es el s upremo bien.
I~l
yougou, der11acrado
y
pálido, indiferente á
tbda excitación se nsible, en ei luga r más ocul–
to
á la cüriosidad, vive e n único 'comercio con
el mundo_de los
~itris
y
~on
Brahma.
El
asee-