/'
OLOR
A.
;j43
también, porque
tú
serás salvo; Dios
h~blará
en tí, tú serás crjstiano .-'No ha llegado l.a hora;
pero llegárá. Esto es .en
m~
más claro que la
luz. Además, ¿qué cosa glorifica
y
enaltece al
alm·a -tanto como. el sacrificio? Yo quiero
~l
~ebo
hácerlo. Todo lo que aquí sea
pr~
vación,
allá será regalo.
. .
-¡Pobrecita míal Un exaltado idealisrno te
~
trastorna. por piedad, no violentes
la
idea
del
éacrificio haciéndola
· ·~ontral'~a
á las leyes que
nos
ha
dado Dios.
Si
me -amas,
¿á
qué esa
re–
nuncia cruel? ..
-Para salvarte. No hay redención sin
víc-
tima~
.
-Sí:
yo aseguro que puede ·haberla'.
-Tú
serás salvo.
-Mi salvación es ·amarte: no quiero otra.
-Entrarás conmigo en el Paraíso.
-Estando-á tu lado estoy en él.
-Yo vivo llena de tranquilidad,
tú
de agi-
tación. Yo- confío
y
espero, tú dudas. Yo abri–
go la seguridad de nuestra dicha futura, pero
tu alma, incapaz de comprender esto, vacila
y
lucha con los.. errores que la poseen. Pero ella
saldrá de ese caos; merece la luz,
y
la tendrá.
IAy,
cuánto hubiera sentido morirme sin de–
cirte estas cosasl
Mi
pena más grande, aquélla.
ti
que no podía resignarme, era la de verme
al