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I
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Gl;ORIA
347
-
"ledad' per-petuament"e, ¡cuán pronto, querida
mía;
derl~~bal'íamos
los vanos altares
,e~
cuya
piedra nos han-degolJado,
y
levantaríamos en
su lugar 'otro, uno solo pal'a"los. dos!
'. ---.-Eso sucederá cuando
tú
vengas
á
J
esu ...
cristo-O "repuso
la
joven con .alegría.-Yo esta- ..
ré
entonces muy lejos; pero por grande qlle ,sea
.
.
-
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la inmepsidad-infinita, te reconoceré en ella
y
te "daró
la
ma~o.
"
,
.
,
"
-¡JesuGristoL~. " ISiempre
elge nombre!••• ·.
" ' -¡Siempre! ,
Sé
que
entrarás en su reino,
y
ese es
mi
consuelo, la idea que me ha salvado
de la desesperación
y
,del infiern9, proporcio –
nándome una dulce muerte, la purificación de "
mi
alma
y
la"
segnridí\~'
de mi
entra~a
en el
Cielo. Por esa idea, la muer te es dulce para
mí,
y
ella basta
a
llenar de
gozo mis
últiptos
mo- .
mentos.
~Por
Dios,
no hables de morir... Vivirás
y
serás mía.
Dame
la mano• .:
~
-El
corazón te doy- dij o Gloria con
la
voz
más divina que puede oirse, tornando la mano
de su amigo
y
oprimiéndola contra su pecho. '
-Desde que
al
nacer dió el
pri~er
latido,
fué
tuyo. Te'
amó
judío
lo
mismo que te ha.bría
amado cristiano, porque te amó en Jesucristo,
para qUIen todos los hombres son iguales.
Ea–
poso••• te doy con la boca
el
mismo nombre