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o.
PÉ
it
gZ GALDÓS, ' .
-Aquf.• : ¿No
le
ves?»
_Lajnfeliz
madre se volvió sobre
su
derecha
para .
abrazar
al
pobr~
nido, que seguía
dur–
mieJldo.
eUn favor
te
pido, .segura de ' que me lo
has de
conceder,-~ijo
tOIDllndo ' la mano de
.
)
su amIgo.
. -¿Qué
favor?
-Que
no
robes
á
mi hijo, ni
lo
compres, ni
. intentes
arre~atarlo
jamás
á
la patria
y
á
la
familia de
su~
madre. Quiero que sea educado
entre cristiauos.
. -Yo te juro que se'cumplirá tu deseo,-re–
.pu
so
él
con voz turbada.
-N
o te alejes," esposo mío, no te separes de
mí
ni
un solo momentQ. ..
-Si
estoy
aquí~
•.
»
Daniel, obse! vándola con terror, vió que
sus facciones tomaban un tinte lúgubre
y
que
sus hermosos ojos se nublaQan.
e
¡Qué
placerl-exclam6 ella cerrando
108
ojos
y
estrechando con su brazo derecho
al
pobre niño, que seguía durmiendo.-Te su–
plico que ames mucho
á
mis tíos, pues todos
son buenos
y
han deseado mi bien...
Me en–
terrarán
al
lado de mi pad're
y
de mis
Larma–
nitos.
~
Horrible angustia sintió el hebreo.
COll}-