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B. PÉREZ
GALOÓS
ttabfa~
transcul"!ido ·esa dis,tancJa .inPlensa 1
ese
~argo
siglo que median entre el_.no amar
y
- .
r~
maternidad, paso de un
pla~eta
á
otro, in–
termed~o
que equivale
á
cien vidas-;mar entre
dos orillas cercanas, pero lleno de dolores,
jó·
hilo, palpitaciones, pureza y
mi~el'ias,
gracia,
terror, esperanza, desconsuelo, dev<Qción,
risa
y
llanto~
. .
,¡Si
pudiera conservarme serena cuando
él
~
.- viniese-decfa-Gloria para.
sí,~de
modo que
) no conociera
10_
que hay en mi alma!...
Per,o
así
'com'o yo leo en la
suy~,
leera
él
en la 'inís.'
~
El
,rostro de Gloria, que estaba
tan
encen-
•
o
dido, se quedó
~omo
el mármol cuando en–
tró D. Buenaventura acompafiado de
DaDie
Morton.
"-
e
¡Qué cara!. . .. IPobrecitol¡me muero
de pena
viéndolel-pen'só Gloria, mirando
al
que
entra–
ba.-Pai'ece un reo que va al patíbulo.»
Después de contestar afablemente
á
su salu–
do , D. Angel rogó á Daniel que
~e
sentase.
Hízolo éste,
y
el
Cardenal
dijo:
eHa
llegado el momento de que mi familia,
Sr.
Morton, abra á
usted los
brazos, perdo·
nándole. Ha llegado el momento de que cesen
tantos
males~y
de que un abrazo de paz
y
las
bendiciones de la Iglesia terminen la grand!–
lima
consternación en
que
todos estábamo••