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304.
B.
piiRB~
GALD6s
~E8te
hombl'e
mie~te
viUánamente,-gritó
Daniel
cieg~
de
ira. . \.
-C~ballero,;.-vociferÓ
D', Juan,' mostran-
do el' puilo del bastón con tanta ·energía,
que
parecía
q~er~r ~eterlo" p~r_ IQ.s
ojos
á
todos
los
presentes. ' .
I
;
-~az, paz~dijo
el Arzobispo corl'iendo
á
.interponer~e,~Sr.
Morton, el primer deber
del
..
'\
--
/
cristiano es
la
obedien~i/a.:t
' . . Daniel parecía dispuesto
á
~strang111ar
al
seilar Alcalde; ,Cuando oyó la dulce voz
del
Prelado,' se··detuvo.
D.
Angel
le
puso la
mano .
. en el hombro: diciendo:
eSé
-ha -sometido usted
á
'mi voluntad
para
que yo di'rija sus acciOnes 'conforme
á
la doc–
t~ina evangélica~...
Pues bien: yo le mando
'á
usted que no haga resiste.ncia
á
la
auto~
- . . l'idad.
~No
puedo '
obedecer,~l'epuso
el hebreu
sombríamente y con respiración
fatigosa,
-Es
preciso que el sefior paria
m8flsUi
. para Inglatel'ra-añadió el fiero Alcalde,-por
cuyo Gobierno es reclamado en calidad
de roo,
que ha cometido
u~
crimen en su
r
ais.
..-¡Yo!. •. ¡\ln crimen yo!
_
- Crimen horrendo
contra
la
au
toridad
pa–
terna,:. prÓsiguió D.
Juan
Amarillo.
MortoD,
cuya abrra era un
volcán,
trató de,
~