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GL-QRIA '
367, -
7
«lLo que el sefior Alcalde ba dicho..• ,es ver- ,
,
1
'. '
dad!
'
'
l
/
", -Basta, bas'ta,':'-dijo el Arzobispo' en ade–
mán
~de ret~rarse '
escandalizado. ," ,.: "
-tMadre, madrel. •.-grit6
Da~iel é~n aira~
da. voz. Sus. ojos '
sal~aban
del
cráneo~
,
"
'-
~
- MI'
hijo-aÍiadió
Esther~
com,o quien hace , .'
I
un esfuerzo,-tien'º- el hábjto de , la '_
menti~a
y
el
disim~ulo.
Es muy doloroso para
qlí
dech'
que ,
nad~
debe creérsele. Si'esta familia quie-
re recibirle en su seno, yo no me opongo. No
me
impQrt~
tampoco que
ca~bie
de ,
r~ligi6ri
quien
~o
tiene
ning~pa\Pero ~os
tribunales lo
reclaman,
y
la
,~.rt.·ajadh
autoridad ,paterna '
pide castigo. :, .
-¡Madre; ,madrel-repitió Daniel
con
des–
esperación•..-¿Pero será posible que
cr~an
lo
que esta mujer
dic~?
.
'
, -Es su ,madre,-murmuró
~l
Cardenal mi-
I
•
f
.-
rando
á
todos
con aflicción.
I '
-Esta
no
es mi madre, no lo es,-dijo
Morton. .
- --:;No podemos de ,ningún
m~do
seguir ade–
lante-declaró Su Eminencia mirándola.---Las
revelaciones de esta sefiora.. . '
-Es neces8l:'io que eso se
, pruebe,~indicó
D.
Buenaventura fijando un'" mirada de en'ojo
en Madama Esther.
.
'
/