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--
-
,
.
B. 'llÉREZ GALDÓS :
.
'
-
, ',Y
·al,
décir
esto;
faé
'
estrechQ.dapor
l~s
aman·
' tes
bra~os-
de,
Doiía
Selj-8,fhlft,
,que
lanzó
una ex–
. chtmación
de
júbilo':
Habí~
triunfado
después
oe
prueba
tan
peligrosa; y
abraza~a
á
su
vic–
tima
cu~l .
si
temiera que ,
álÍn se:
le
e,scapase
.otra
vez•. Nó
' d~remos
,tila
SR,uta
senora
un
llC?m
~re vel'df:\d~~a,n.)ente
'propio ,
y
caractérfsti·
, 00,.
si n,o
la
llama,mc;>s ,
el
M efistófele; del Cielo.
\
'
,
•
I
D • .
Angel,
D.· Buenaventura
y
los demás
'presentes
se
quedaro~ ' ~eío~.
Extendiendo su
varonil
bra~o,
Esther
dejó
caer su
mano
sobre
",'.
_.
~lhoml;>r()
de -Daniel, que sintfó ·.éncima
el peso
, '
~
'de'
una losa.
A\br..gmado
y
atónIto,
-su
espir·itu
,no
te-nía
ya
fueJzQs
ni
para
sentir ni
para ra- {
=zonar.
.
~.
Gloria
'tomó
el bra'zo
de
su
tí,a,
y
dando
la
-izquierda mano'
al
Cardenal, que
la estrechaba
. con ca,riño,
dirigióse
le,ntameute
á
la
puerta.
90li
su
última·'
mirada, semejante
aÍ
postrer
l'áy.o
del
'sol
que
se pone, dándo
p·asO
á
la
DO–
·che negra,
echó
fuera de
su
alma
toda
aque-
lla esencia,
á
la par deliciosa y terrible,
que
por
tanto tiempo
la ,
había
llenado. Fuá
como
un vaso de
perfume que
se
vacía
por
completo.
D. Buen«ventura siguió
á
la
familia,
que se
retiraba.
D.
J uan
Amarillo, deseando
ponerse
á
la mayor distancia
posible de
Daniel Morton,
salió
de
puntillas;
hizo
s8f!as
al
cura
y
á
Se-