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B. ' PEREZ GALD05\
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, o
bjéto
de
su
pasión
D).ás
vi
va,
de un
fanatismo
capaz
de' reprO'ducir 'en ella, ' si. los 'Úempos lo '
copsintieran, las gr.andes figuras de ,Débora,
la
heinbr~.juez; ,
6&
Jael, la
q~e
con
un
clavO'
ma·
t8~a
al
enemigO'; de
lti
trágica Judit
y
la dulce .
Esther• .
La.mO'ralla.
e~~tivabll;'
'pero e\ rito no
'mere:cía d'á ella el mismo, amO'r,
y
.si lo pr.aeti ..
"
caba
CO'l) sus"hiJO's y
de_udo8,-~acíalo
por creer
que' cO'nvenía perpetuar 'aquel póderoeó lazo
- d.e
u~ión,
especie de
territori'~
ideal;'·
qCQde
s("
cong~eg,aba _
p'O'r la fe un desv.enturado
p\leblo
:sin patria.-,E'ra
un
modelo
dé
l,as virtudes
do··
mésticas, comunes en las. clases elevadas
de
aquella
~a~a. Bue,~a e~posR' ~ mad~e
Q'mOrOSIi,
hapía 'dada lugar
á
·qu-e se dijese de ·ella
qU(9
merecía ser cristiana.
Esther
y
·~u
éSpÓSO
poseían
enO'rm~s
rique- –
zas ~
De ellos pO'día decirse que
Jehová
hablA
, prosperado
BUS
caminos
_.
Vi
vian en paz dichosa,
rodeados de los' esplendO'l
;es.delas
~rteB.
Eran
estimadO's de 'tO'do
el
.mundo y distinguidoS
pO'r
lo~
sO'beranos,
q~e
les .sentaban
á
su me–
S8,
pO'rque habiendO' adquirido. aquella gente
un
podér financiero, que en cierto
modo
8U–
plía su'
falta
de existencia política,
sacaban
de
apuros
á
las naciones. No tentan patria; pero
las
patrias más
orgullosas
doblaban
la
rodilla
&nte sus arcas. Eran· cO'mo diO'ses,
á
quienes