1"'
GLORIA
259
,
J
. guida que oyó hablar de la setlora del alcal ..
.. de... ·•
Era
natural.. '. Aquí ," tenéis
~
una setlora
inteligente que'
~n
cuanto .llega
á
un
pu~blo
~tisba
á
l~s
perlonas forinales ...
Vam.os, gra–
cia~
á
Dios qU'e-Hega
á
Ficóbriga un-forastero
y
no pregunta por la .casa de
Lantig~a, excla~
I
mandn:
c·
¡Oh! ¡los ' Lantiguasl. ..
»
¡Gracias
á
Dios que no se nombra para nada
á
los"virtuo–
sos,
á
los ,sabios,
á
los ilustres Lantiguas! ..·.
Voy corriendo
á
casa... Pe.n-saba aiéanzar un .
pedacito de Lamentaciones; pero ¿quién pien-
r
sa en eso esta 'noche? ,
Es
preciso prepf;trar
todo...
Mi
casa no es una choza,
y
esperando
yo una visita de importáncia•.. Ya
1)0
te ' pue-
do prestar la
vajilla~
Isidora.
-Pues qué, ¿vas
á
darle un convite? '
-No; pero bueno es que la loza esté
allí,
en
'alguna parte donde se vea... Juan mandará
que los dos alguaciles se pongan en la puerta..• ·
y
la pareja de Guardia civil ... Adiós, adiós.
-Yo me estaré en tu casa todo el día,-dijo
la
Gobernadora. .
-Mandaré
á
buscar
á
mis sobrinas... En 'fin,
adiós. Me desespera tener una casa tan vieja.
Compre usted buenos muebles... Todo se des–
luce en aquel caserón.
Si
yo
tuviera el palacio
de Lantigua, como es justo
y
razonable... En
fin,
adiós, adiós.•
, ,