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B. PÉREZ GALD6S
cual es pre'ciso guiar '
y
poner derecho,
par~
que jamás y por ninguna causa se tuerza de
nue\vo. La prohibición de ver
á
tu hijo
y
la
dura
ley de tenerle alejado de
ti
en estas cir–
cunstancias, no es mía: es de nuestro común
padre espiritual, de
~i be~dito
hermano
Angel.
~
. -Mi tío es ' muy santo, muy bueno;
yo
le
respeto y le quiero mucho; pero en este caso.••
no sé•.. yo creo que su -cond':lcta conmigo
y
."con mi pobre hijo desvalido no es la más ge–
nerosa ni la más humana.
-Poi- todos los santos, nit1a mía-dijo Dofta
Serafina, con aflicción,-por tu alma, 'querida,
q ue
e8t~
en grandísimo peligro, no digas tales
cosas. Ese es tu fiac.o: la soberbia, la
i~de
pendencia de juicio, la crítica, la perversa crf-
I
tica de actos y de ideas emanadas de la auto–
ridad. Hija de mi corazón, mientras no te so–
metas por entero, no tendrás paz; mientras no
·renuncies
á
ese perverso juicio de 1ae determi–
naciones superiores, no alcanzará tu espíritu
la humildad que ha de acercarte
á
Dios.
-No lo puedo remediar, querida madre,
por más que trato de encadenar mi entendi–
miento, por más que le pongo ligaduras
y
Jo
azoto y lo pisoteo . .. si, todo eso hago ... pero
aun haciéndolo as1, no puedo conseguir nada.