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VIr
. Los amores de GlorIa.
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Pero en los días en que esta historia empie-
'za, tenia ,ya diez
y
ocho.
,-.Aún no,se le habían conocido amores
lil
no–
viazgo_s, nLinclinación
á
ningún moza1 bete, ni
sefiales de que hubie'se entregado parte mínima
de su coraZÓn
á
hombre na.cido. D. Juan no la
tenía sometida
á
inquisitorial vigilancia, ni le
, prohibía que fuese al teatro, al pase()
y
á
la~
tertulias', en compafiía d'e sus '
primas~
.
Pero si la juventud masculina que Gloria co–
no({ía no \despertaba en ella,Jli lin mediano
in_
terés, no por eso su corazón dormía. Perdió
á
su madre
á
los -dQce afios- de edad.
Qued~ronle
dos hermanitos, el uno de tre's afios y el otro
de quince meses, con los cuales hizo el papel de
madre, hasta-que ambos murieron, con interva- "
lo de pocos días. EUa misma, después
~e
cui–
darles en su enfermedad con
~~tremado
celo,
les había cerrado los ojos, les había vestido
y
puesto flores en las'
sien~s
y
en·las man9s , Y
a~
fin había cerrado la caja, cuando Caifás se los
I
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