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,
GLORIA.
14-5
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/
no la
t~ngo;
y
en
CU81)to
á
los
desaires
y .
Qa-
lumni~s,
escasa virtud
hay en sufrir
paciente–
. mente
los
primeros·,
q
ne ·
bien
poco
valen.·
Las
segundas, .
si
existen,
~o
han llegado
á
mis
oídos .
. -Pues s1:. existen- las calumnias·, querida
biJa;
eres .
calumniada,
y
voy
á decirte cómo,
- para
que perdones
á
las
bocas maldicientes. _
-No
es calumnia
hablar
de
mi deshonra.
.
\
-No se
trata
de eso: se trata
de
verdaderas
calumnias,
de
falsedades iudignas
y
deshon–
rosas, propaladas por
persónas
qne se llamau
amigas nuestras y que nos deben .
respeto
y
consideración,
-ó
por
lO
meno-s,
la
caridad
que
á
todos los
cristianos
nos
une.
~
-Tristes
son los
désaires
que
mehan
hecho
-repuso Gloria;-pero
como
hijos
de una
su–
perstición grosera,
no
mel'ecen gran atenciÓll.
-No me refiero al incidente del
pollinito–
dijo
la
s~1íora.-Ya
eso,
después que
ocupó
bastante las lenguas de
Ficóbrig~,
ha
pasado ·
á la
historia.
Me
refiero
á calumnias,
á
verda–
deras c·alumnias que corren acerca de
tu
con–
ducta. Está
mariana,
hija mía, he pasado un '
rato
de
dolor
y
de
vergüenza
al oir
cOlltar•..
~
La voz se ahogó en la
garganta de
la
noble
sefiora¡
pel·o
haciendo.
un esfuerzo continuó
as!:
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