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,
142
~' o '.
PÉUEZ GALDÓS
atención
á
'SllS
palabras, -
volvi6se
-,á
D. llnena- -
l. .
,
, vefltlll"a
y
prosigui-ó '
así: . .
~
«
Yo le saqué de
las ,
aguas
como
se saca un
I
.
pe~; .·
de .,modo qile' si
yo
no
le
.húbi~ra-peséa-
do.~.
,y
áquí viene bién
repetir
lo
·que
dijo
Nuestro
Sefiol'
Jesucristo
á
los
Apóstoies 'cuan- "
do
', recog.Ían sus 'redes en.,
las
orillas
del lago de '
GeDesa-réth:
«~egtiidme,
'y
os
haré
pescadores
~e
hombres.-. '
H 'e
aq-uí
que,
sil
al
fin
l~
bautizo
yo,
puedo
,decir
con ' doble
m.otivoque ~ he
pes-
cado
á
un
hombre.»
' / '
.-
G~~ria,
qu.e
leía -los oficios
del
~artes
San–
to,
miraba
tan
de cerca s·u
libro, que ,
parecía
no
pode¡- halla,rs-e'
en
dísp.osic-íón
de
entender-ls
-lectura
si no sé metía
las letras
dentro 'de
108
ojos. Serafinita permaneció inm.utable
y silen-
ciosa,
como
si
su
espíritu,
su
voluntad
y
sus
creencias
s.e
hallaran en esfera
superior
á
to–
dos
los
miserables
evento~
de la tierra.
Cuan–
do
el cura salió,
De
Buenaventura le dijo:
, cBasta con que lo sepa.... La ,idea ha de ha–
cer efecto.
N o
es
cérebro
de paja el
suyo,
Y
cuando una idea entra en éL ..
ya, ya
levan- ·
tará
buen
remolino•. •
¡Ahl
Sr.
D.
Silvestre...
se me figura que hemos encontrado
la
fórmu–
la, esa suspirada fórmu la.