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GLORIA.
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dezco
á
una
l~y
de ra'za; iY qué terribles son las
leyes derazal
El
mismo valladar estahlecido '..
po;r los 'cristianos para que vivamos separados
del
resto del linaje ht;lmano,'
avivó.
y
enciende
más
n.u~stra
consecuencia, porque las injuri8's
•
#
que helQos recibido; la expulsión de Espafia, .
el injusto odio del
C~istianismo, no~
aferran
más
ti
nue'stro d.ogma, fórmula
de
la patria
entre' -nosótros. ¡Abjurar!:.• . ¡Pasarnos
á.
este
.:
enemigo implacable que durante diez
y
ocho
t
.
siglos nos ha estado insultando, escupiend;.o
y
abofeteando;- que nos
ha
expulsado, nos .ha .
J
quemado vivos, :nos
ha
arrojado de .todas las
ocupnciones hont'osas, nos ha cerrado todas '
las puertas; nos ha prohibido todos los·oficios,
qejándo-nos sólo el más '
vil,
el de la usura·; que
nos
,ha
.llonado
de
denuestos '
gl'os~ros,
apar–
tándonos de todo
Jo
que' puede llamarse fra–
terni~ad
y
negándonos hasta el goce de los
derechos naturales; qne nos
~a
eonsiderado
siempre como una excepción en la humani–
dad, como' una raza abyecta, y manchada, y
nos ha -estado· martirizando
~
con la infame
y
absurda nota de
deicida~,
¡de haber matado
á
DiosL.• No, no puede ' ser: entre nosotras 'no
habrá
un solo hombre
dG'
honol:" .que se pase
á
este enemigo implacable
y
feroz. Diez
y
ocho
siglos de
veDg~nza
por
h~ber
dado muerte
á