Table of Contents Table of Contents
Previous Page  464 / 712 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 464 / 712 Next Page
Page Background

126

B. PÉREZ GALDÓS

un filósofo, al más

grande~

de los filósofos si

S8

quiere, tes demasiada crueldad.

-Merecido baldón ha sido-dijo D. Bue–

naventura,-y lo prueba la espantosa dura–

.ción del castigo. Un t\fio, diez, un siglo, pue–

den equivocarse. Mil ochocientos a110s no se

equivocan. Su fallo merece respeto.

-No tendrá jamás el mío-declaró Morton .

con ira.-Ha tocado usted la fibra más deli-

+

cada. de mi corazón, de un corazón qua tiene

el acendrado

fue.go

de la ' raza. Yo siento la

pasión de mi nacionalidad perdida, de mi cul–

to 'sencillo

y

grandioso, de mi pueblo desgra–

ciado

y

escarnecidq que conserva en si

un

fondo admirable de va(or moral. Sí: quisiera

tener mil bocas para decirlo con todas enas.

Un pueblo que ha resistido diez

y

ocho siglos

de. desprecio, un pueblo que subsiste después

de mil ocnocientos afios de verse proscripto,

errante, vejado, humillado, es digno de meJor

suerte.

-Procuren ustedes mejorarla.

-Yo he pasado horas en amarguísima tris-

teza pensando en la suerte infeliz de mi raza.

Desde que tuve uso de ' razón, comprendí que

en nosotros había un gran vacío, aunque no

me podía explicar cuál era: comprendí que

una nube siniestra nos envolvía, que no éra-