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GLORIA
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, presentóse un obstáculo
muy
deplorabl~,
y he
aquf :que se
-descompu.sotan pasmoso
con~~
cierto.
La
procesIón debía entrar 'por la calle de la
.
I
>
Poterna
hasta'
el cementerio, torciéndo desde
alU
ti.laizquierda
po~· - las
Monjas Claras yen–
trando en la plaza del Consistorio para
dh'i~r
se después-lí la Abadía
por
el callejón
gel
Cris–
to
V!~jo.
El
sitio llamado de las Monjas C1&–
r~s
-es .una en.crucijada irregular
y
estrecha, '
~onde
afluyen tres
ó
cuatro calles tortuosas
y
,mezquinas, una de las cuales es
la
que-·po"r
aquell~
parte
une
el camino real
CGU
la
plaza.
.
-
Entraba la ':procesión en la encrucijad'a;
· cuan~
do por una de las b()cacalles de
~nfrente
apa–
reció-
un-
hombre
á
ca ballo..
~·
:' ,Los calltorés callaron, los marineros-que lle–
vaban las andas : se. detuvie.ron; el. sacristán
apoy:ó
Ía ~crüz -en
el 8u:el0, y
·lós
ciriales
se
bam–
bole4.ron en manos·
de
los acólitos, como"
árbo~
les
azo:tado$ pór':eLvrento. :Síldo.dejó caer
_él rín·
censario,
el
cura frunció
el
cefio,
el
.pad.rePo~
quito -alzó
del
suelo los ojos,
.y
en
los labios
de
D. Juan Amarillo fluctúaban ' las palabrasLc¡á
la
cárc~l,
á
la cárcel!» - '
- . - .
" Al ver tanta gente,
el
hombre que
á
caballo
6
,