/
"
11LOUL\.
87
"
-----.-,
~, :-
\
\ . --o :
.
'
I
Pero así como después ·de una derrota los
di~e'minados cl1erp~s
de .ejército val? poco
á
poco júntándose de nuevo y dándose la
mano, .
así
los fragmen.tos de la d,esbaratada procesión .
fueron acercándose, uniéndose camino de la
Iglesia,
y
Scrafinita vió entrar,primero al Padre
. Poquito,
d~spués
á .un
cirial, más tarde
á
Sil–
do, luegó '
á
los.
cantores,
y
.así . sucesivamente
- hast"a
que llegaron las destrozadas,andas.
Sól~
la
perso~a
del .Salvador
no
había sufrido dete–
rioro nf en .su <livIna cara ni en su cuerpo' y
traJe; los dos animales sí se hallaban mi!era–
blemente mutilados. Pero lo que aterró verda–
deramente
á
Eerafinita fué que los grupos 'de
gente que con aquellas diversas ' partes
de la
deshecha procesión- iban entrando, decían con
azoramiento y enojo: c¡EI 'judío, el judío!)·
Cuatro momentos de
terribl~
asombro
y
do–
lor inmenso había tenido aquella.
virtuós~.
da–
ma en
su
trágica vida. Pl'imero: cuando vió
morir
á
su madre. Segundo: cuando su inla–
me esposo cometió la
cob~rde
y
villana acción
de herir su cara en públicó. rereero:
cuan~o'
supo, sin preparación
a]guna~
la muerte de su
hermano Juan
y
la
ignominia de
Glori~.
Cuarto: cuando oyó decir en
la
Iglesia dé
Fí·
.cóbriga:
c
¡El
judío, 'el judío!.
.