VI
.
Cómo se explica
ha la niña.
Sin más norte que su buen juicio,
y
libre
de
preocupaciones, Gloria, 'conversando un
día
con su padre sobre el viejo asunto de las
no–
velas cuya lectura debe permitirse
Ó
vedarse
á
la juventud, dijo que la literatura picaresca
de que tanto se envanece Espafla por sus ri–
quezas de estilo, le, parecía una literatura de–
plorable, inmoral, irreverente,
y,
en suma, an–
tirrehgioEa, porque en ella se bace la apología
de las malas costumbres, de la holgazanería
ingeniosa
y
rubanesca, de todas las rualas
ur..
te
y
travesuras groseras que degradan
á
un
u
l .
e
cluyó por afi rmar, con una osadía
L'
a
eramen te €scau alosa, que las
gracius
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os, h él oes de tales novelas,
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agra o, ien proa-
y
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j ;
y
que tales
delica-
.
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