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B. PEREZ
GALD6R
ea, dejándose
e'educ~r
demasiado por loe
sial ·
~
bolos que la misma idea ' religiosa ,elllplea co
<
mo órganos eficaces,
y
al nrismo
l~empo com~
culto tributado por la verdad
á
la belleza '
, eterna.
cEsas novelas de truhanes
y
de3almados
~dijo
Gloria para. terminarj-esas comedias de
<;aballeros enamorados
y
discretos, aunque
110
siempre intachables bajo el punto de vista
do
la moral cristiana; esas disertaciones donde
lni
espíritu se pierde sin poder seguir el hilo snti
e
.
lisimo del enrevesado discul'so, bastan
á
dar–
me idea de la gente para quien tales cosas, por
lo común
ad
mirables, Ee escribían . Veo
I
las '
conciencias muy anchas, y gran tolerancia
para mucha parte de los vicios que .degradan
al hombre en todas las
ép~cas.
No dudo que
existiesen caracteres generosos, los cuales cre–
yeran cumplir su misión'
y
dar vuelo
á
los no–
bles
imp~11sos
de
su
alma, elevando por ' cima
de la
gener~l
torpeza, como enseílas sa.gradas,
el ideal del honor y la
fe-
religiosa. Pero el
pueblo,
á
quien no habían enseñado
á
discel~- '
.
n ir, y que l-egetaba comido de vicios, incapaz
para el trabajo y soñando c<?n guerras que
traían el pillaje,
ó
conquistas que dieran fácil
fortuna, no tenía más que _sentidos. No ponía .'
atención
á
nada, ni aun al sublime l\fisLerio de