GLORIÁ.
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bia
es
ido de los lomos del
pollinito,
y
por el
suelo rodaball Jas pa.nojas
y
el
ramo.
Teresita
y
Doña ,Isidora
se
miraron
ate–
rrBdas.
(Es que se
~a
caído el clavo que sujetaba la.
alforja-observó Agustín examinando el '
ani–
maL-Ya se ve. Apolillada está
la
madera
y
se cae
á
pedazos.
Djgo. lo
que Teresita. Esos
Lantiguas tenían muy abandollados
á
los
RS–
nos del
Señor.
-No se comprende
cómo
han podfdo
des–
prenderse las al forjas,» añadióJa
lVlonja 8eer··
cándoe6
~on
cautela.
'
..
El
s8eris
tán
tomó
el
ramo.
«No,
lo que
es
mientras yo
dirija
esto-ma–
nisfestó
la señora
d~
Amarillo -grave
_men.te,–
no
se vuelven
á
poner las tales
flores
·sobre el
pobre allüIlalito.
- ·Hay
algo, sefioras; aquí
hay
algo que
no -
comprendemos.
- Yo
h e visto al Bsnito dar coces
y
tirar
la~
alfo rj as-afirmó la
Gobernado'ra de las armas.
-Sí, setloras,
10
he vis to.
- ¡ Jesú~,
10
que dice esa
muj er !-exelamó
con
ter ror T res ita. - Yo no he vis to
nada
de
co es ; pero aquí hay a lgo, indudablemente
a uf
hay 19 .
- E
°
no
tiene
duda-
r epuso Cuchorro con