"
308 -
. B. PEREZ GALDÓS
.-
.,.. ,,- cr
es la voz de la humanidad que
á
gritos recla-
ma sus derechos.
.'
.
,
- .I4-yl IYo no sé lo que es estol•••
~exelaIll&
.
la infeliz muje,r con arrebato. -¿Por qué, sien-
<1
'. .
do
lo
que eres, todo en tí es, amable? Sin
duda·
tu alma es buena y se conserva pura
en
ese
cieno donde hés nacido.
Un
esfuerzo, ' amig<
de mi alma, un esfuerzo,
y
sacudirá's de
tí
eso
podredumbre. Tu espíritu está preparado
par~
la redención; basta un movimiento ligero, una
. mirada dentro de tí
mismo~
Daniel, Daniel–
afiadió
a~raz'ándole
con pasión,-por. el amor
que me tienes, por el que yo te tengo
y
que
ahora
6
s'e extinguirá para siempre ó
se
aumen-
, tarA, te pido que seas
cristiano.~.
Daniel, 'Da–
niel" abandona tu
falsa
creencia y entra
~on·
migo en el seno amoroso de Nuestro
Sefior
I
Jesucristo.
» .
/
. Morton la estrechó contra su 'pech,o.
Des–
pués,
rechaz~ndola
sQavemente, dijo con
voz
tétrica:
c
¡Abandonar yo la religión de mis padres!. ..
¡Jam~s,
jamásl» .
Saltando lejos de él, Gloria le miró con es–
panto, como se mira una visión del Infierno,
más
terrible cuanto
más
hermosa, más espan–
table
cúanto
más
se viste de risuella
fOfma.
c¿Qué has
dicho?