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B.
PBREZ
GALDÓS
•
-
.
I
Dios
y
la Humanidad,
un
absurdo.
espántoso, '
la
idea
absoluta de la
irreconciliación; y -al en–
tenderlo así, retrocedí
y
saqué fuerzas de
mi es–
píritu para la separación que te
acons~jé.
Huí–
mos el uno
~el
otro, porque
no
tení~mos má~
remedio. que separarnos,
como .
la noche
y
el
día... Hasta aquí no es tan.grande
mi
maldad.
-Pero
después..•
, -Después•.•
Yo
no había
pensado
queb~aD.
'
tar mi
resolución. Co.n
el alina
destroza,da
me
propuse abandonar para siempre'
este
Bñ~IQ,
cuando. lo.s
incide~tes
producidos por una <?bra
de caridad, que' carece de importancia-y méfi-
':
to,
me ooligaron
á
volver. Yo no,sé
cóm(}vine
á
tu casR; pero. ,no. creo. en la fatalidad,
y
según -
/
mis
ideas, nada pasa sin
la
vo.luntad
~xpres8
del,que con sus dedps hizo. el mundo. '
y
formó
los-astr o.s
y
las almas.• He sido. juguete de
mis–
terio.sas fuerzas. Dio.s me envió, sin duda, para
pro.barme
y
Co.noCér _ el temple de
mi
espíritu:
caí; no.
tll~e
rectitud; caí,
co.mocáyó.. David;
he sido. un malvado., ¿qué quieres? pero te
quiero, te adoro,
y
esto.. me disculpa ante
Dios
y
debe disculparme ante
tí.
Mi pasión ha sido
más fuerte q ue yo•.. Confieso. mi crimen •..
Yo
no protesto. Pero quita de en medio la dispa–
ridad
de
11
uestras creel!cias,
y
verás cuán gran
parte quitas
tí
mi iniquidad.