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B. PÉREZ GALDÓS
pasó de cuarenta por ciento. Como se ve, no
debía de ser ,de los peores en el arte.
,
Con .el dote que le llevósll esposa
Ter~sita
la Monja,
y
'con su buen manejo' y economía
(pues fué ecpnómico_en todo,. hasta "en 'tener
hijos), en
~uatro
lustros se hizo muy rico. Te–
Día
bastante amistad con
D.
J
uaD de Lanti–
gua, una de las pocas
I
personas ,de
Fic~briga
ti
quienes jamás prestó nada, c<?mQ' no fuera
atención . ,Gozaba fama de ser hombre
~uy
re-
--- ligioso, lo mismo que su mujer, gra.n .atisba.·
dora de vidas ajenas, ·y tan fU.erte en
fa
vida
~
milagros de' todo el mundo, que solían llamar.–
la
el confesonario de Ficóbriga.
Amarillo tomó
d~l
brazo
á
D.
Juan" y
lle~
vándole por bajo
qn
' emparr~do
en sitió
Jll~Y
.soli tario, le dijo: )
.
cHáce días , mi querido
D.
Juan, que
de~ea-~
ha hablar
á
usted de ·u l.! ___ ilsunto,
y
no quiero
dejar pasar más tiempo.
-¿Qué es ello?-:-preguntó Lan.tigua¡ alar–
mado por el tono misterioso que
e~
otro DolÍ
Juan tomaba.
- -Un,
asunto
grave~
¿Qué opinión ha- for-
mado usted de mi como hombre veraz?
-Opinión muy favorable.
.
-¿Me cree usted capaz de mentir?
-No, seflor, ni por pienso.