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B. PEREZ GALDÓS
-
~.
ha~lar
á
usted, Sr. de Lantigua, es 'porque' el
J
hecho es cierto, ciertísimo'. Gloria ha tenido .
entrevistas
con
D. Daniel Morton •
.......
-¿Dón,de...
cqándoP-preguutó
Lautigua, ·
cambiando del amarillo enltu
9
mizo
all~ojo
san–
guíneo.
-En
los
pinos'-..
hace-
pocos - días...
'Con
d~cir
á
usted que mi
esposa lo
advirtió
pfime. '
~
ro,
y .
que después
·10
vi
yo
con
mis
propios
ojos••/.
Como se dijo que Morton
partía,
yo
me
caUé;
pero
al oir al
sefiOl'
Obispo que le
había
visto
entrar
en
Ficóbriga, me
alarmé
y
dije:
J
, -cPues
no
pasa de esta
tarde
sio
contarle
~odo
al
amigo ,
D,.
J
naD.» . . '
~¡Por .
vida
de•.
.!-exclamó
Lantigua,
ce–
rrando los
puños'
y
apretando los
dientes,–
que si no fu:era verdad' lo que usted me caen–
ta•••
¿Quién lo
ha
visto, quién?
" -Mi
esposa
y
-otras persQnas
de
la
villa.
A
caballo venía Morton de lo. capital de' la
pro–
vincia"
y
dando
un
rod~o
por los prados
de
la
Pesquer~ela
para
no
entra~
en lficóbriga, iba
á
)08
pinos,
donde
le aguardaba
t ••
»
Después del primer
arrebato, vacilante en–
tre la incredulidad
y
la alarma,
La,Q.tigua
cayó
en estupor
profundo. Sintió
un
dolor
agudísi–
mo en el corazón,
y
no podo
decir palabra.
Pa–
recía que le habían arJ:ancado de
repente
~a