f
,
'
. 5-00
. D. PEREZ
GALD·~5s
zándola con efusión¡-ha lle.gado el momento
de que todo sea verdad entre noS'otros·.
- y
de
q ue
miremos
cara
á
cara este
pro–
blema cruel.
~Sí,
sí.
-Nuestro remordimiento sale terrible
y
amenazador del fondo
de .
nuestra
alma-.
dijo
- Gloria,
-y
n o"s grita:
e
Ya
es~áis
unidos
para
.
SIempre.
»
-P.ara
siempre,- murmuró
él.
- La separación es imposible. ·
~ .
.
I
- ¡Irnposiblel.·•• P ero , la hora <fe
la verdad
. ha
llegado.
.
- ¡Oh.! Daniel,
Daniel-exclamó la
de Lan· –
t igua, sin t iendo
en
su alma violentísima
irrup–
ción
de
sentimiento
religioso;-ámigo de mI
vida,
compatlero de
mi
a lma, esposo mío,
arrodillémonos
delante de e,sa imagen de Nues- .
t1'o Señor Jesucristo,
y
'hagamos voto solemne
de
disponer esta noche misma nuestra
recon- '
ciliación religiosa, ·haciendo todos los
sacrifi–
cios posibles, tanto
tú
como y o• .
Hijos somoS
amboa de Jesucristo: volvamos
á
Él
108
ojos•.•
Daniel, Daniel, ¿por
qué huyes de
mí?
Gloria, arrodillándose delante de
la
efigie,
tiró
del brazo
de su amante para que- hiciera
lo mismo
o
Daniel dejó caer la cabeza
sobre
el
pecho.
Nunca
su
rostro
había
estado más her..