, 296
B. PÉREZ GALDÓS
aires ... Ditne, zopenco,
¿has
visto subir
á
la
setlorita?
-Si
seilora, hace rato.
f
-lQl1.é has de 'ver
tlÍ~
si do,rmíasl
¿Estará.ene} comedor? No: todo
á
obscuras ..• Anda, cie–
rra la. puerta, enci ende
el
Jarolillo y vamos
á
registrar la Icasa.
-¿A
registrar?
It
•
-Sí;
no estoy tranquila.
Me
'pareció que
, vi. . .
lS ~n
An tonio bendito!...
..
. "
-Algúu
alma del
o~ro
mundo.
~.
- }1~a ,
cierra, sube
y
calla.•
Callados subieron ambos después de cerrar.
, e
¡Ahl-dijo la dueña al llegar alpasillo al- .
t o, - la señ orita está y.a. ence·rrada. en su cuar–
to. Veo claridad por la ventaniJIa alta.•
y
acercándose
á
l.a. puerta deí cuarto de 'Glo–
ria , g ritó:
cBuenas noches, sefto-rita.:t ·
En
seguida dieron u n paseo' por la casa,
pero no hallaron
á
n adie.
El'
viento seguia.,
daba vueltas alrededor de la casa, estrechán–
dola en vorágine horrible,
c~mo
si la arrancase
de sus poderosos cimientos para llevársela en
un vuelo. Creeríase que toda ,Ficóbriga, con su
Abadía en medio y su torre como un mástil,
corría llevada
por.elhuracán , del mismo modo
que corre un mísero barco sin timón.
Lo~
ár-