...
-....
,
.
,
GLORIA.
-Me quedaré en la
posada
de
Fi~óbl·iga.
-Es
verdad.
Adiós.~
..
El 'hamburgués parecía clavado
en
el
suelo..
e
Adiós. ¿Pero te retiras
ya?
~Ayl
¡Esto es
espantosol¡Esto es inicuo!»
~
Gloria
estaba también clavada en el suelo.
e
Sf,
es.preciso...
-dijo con voz
4olorida.–
Este
encuentro inesperado' parece una 'cosa in–
fernal.
Amigo; 'vete.
-¡Me
e~pulsasl.
•. Eso sí
que
.es
infernal
y
horrible.
Maldigame
Dios
si
te
obedezco,-dijo
Morton
dando
un
paso
hacia la
e,asa.
-Pues yo te echo
de
mi
caSR,
porque
e8
pre–
ciso,
porque
Dios' lo quiere así,--:-dijo Gloria
tratando en vano de echar tierl'a sobre su
pa–
sión.
-¡"Mentiral
IIllentiral-exclamó é!3te con
fe–
bril
ardór.-Tú
no me
amas,
tú
has hecho bur–
la de I!)í, del
pobl'e
extranjero,
arrojado aqufpor
los mares
y
que quiere huir
y
no puede.
-Tú
no eres
yajuicioso
y
bueno
como
la
úl–
tima
vez
que
nos
vimos. Amigo,
si
me
estima~,
si
me
aD?Rs,
vete.
Te lo
suplico.» .
La pobre damisela
casi
se ahogaba.
e
¡No verte más!. .. Si cuando huyo
Dios
me
trae otra
vez
aqui.¡No verte
má~l.
.. ¡Me arrall-
.
-
earé los
ojos antes
que obedecerte1
-Se ve mejor con el pensamieu-to que con
..