GLORIA '
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Un
IJluchaeho pequeño
y
colorado, húmedo
todo desde la cabeza hsstalos
pje~,
como
una.
deidad
d~
109
ríos, penetró
en el
jardín.
c¿
y
mi
padre,
y
mf
tío?-preguntó
la seno–
. rita. _
-No tienen novedad; pero no pueden pasar
pal~a
acá
en coche,
y
á
pie con mucho trabajo.
~a
crecidu es grande:
-¿Te dieron algún recado para mi?
-Sí, sefiorita:
que
esté usted ·
sin cuidado;
que
todos los
sefiores se quedarán en
el Soto
~sta
noche
'y
vendrán
maílana,
subiendo hasta
.Villamójada para coger el puente
de
San Ma–
. teo,
aunque yo
creo que
·mejor se
podrá pasar
·en
lanchas.
-¡Gracias
á
Diosl-dijo Gloria.-Ya estoy
tranquila.•
Fijó entonces
BUS
ojos
'e~
Daniel Morton.·
De~vañecido
el
sobresalto,
su'
espíritu se ocu–
pó por entero
de
aquella singular aparición.
cAdiós-dijo el extranjero.-Puesto <lue de
nada sirvo aq
uf••.•
Gloria
se detuvo un
ins~ante
turbada
y
con–
fusa.
cAdiós-repitió.-¿No
estabas
y~
en cami ..
no de
Inglaterra?
¿Ha naufragado
otra vez el
vapor? ¡Jesdsl ¡Vienes siempre con
las
tempes–
tades
~
... ¿Por qué
estás
aquí? .•
¿Cómo
estás
'.¡
9
.
;