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I •
"XXXVI
¡Qué horrible tiempo!
,
,¡Qué
horrible tiempol-
refunfufió Fran–
cis-ca.-¡S~ "
parece que se acaba el
~~~dol.
..
IJesús! e.1 viento ha apagado la luz de la "es - .. -
calera.•• ¡Cómo golpean
las
puertasl
Roque,
Roque.• -
.
.
A la
voz
de la venerable criada, que avan–
.aba
por el fondo del
pltsillo bajo; Roque
ap"a~
reció sofioliento.
~
,
cHombre,
muévete~dijo
Francisca andan-
do
casi á tientas hacia la escaIers.-JesÚs,
Ma–
ria
y
José•.• -¡qué miedo!
Si
me parece que he
.,isto
UDa
sombra, un bulto
escurriéndo"se -por
la escalera arriba...
-
-Usted ve visiones, seÍlora. Francisca.
-Con
verte
ti
tí
tengo bastante, monstruo.
-Cierra
la puerta del jardín. Puesto que los
aeftores no vienen... ¡Qué horrible "ventiscal
Vaya, que
Santiago
se
porta.
Después de la
tormenta, fuelle. Si parece que los demonios
levantan en peso la casa
y
se la. llevan p<?r los