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)
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Vuelve.
_ ' Al Oeste de Ficóbriga
~ay
un pinar solita-
, ,io
y
abandonado, vecino á la' mar,
y
tan
e~p~esto
á _
'todos los vientos, que ' siempre, por
leves qúe
~~tos
sean, suenan con murmurante
mqsjca las ra'mas. Espésísimo-en el centro,
~e
clarea ~
en sus extremos formando anchas ca·
lles,
y
algunos pinos
s~
separan del
gt
9
Upo co–
rriendo hacia
el
arenal ó
haci~
la montatia,
cual si hubieran refiido con sus compatleros. "
Corre por medio
una~
cerca de rústica
a~qt'¡itec- ,
\
'ura, donde
pi~d,ras
y
hierbas se confunden, for· .
~
I
mando
al
parecer Ulla sola ,familia.
Al .
'pie
de
los pinos crecen
mil
encantadoras florecillas
8&ules
de
rara .especie, .que no son conocidas
en
los jardines,
y
parece que brillan entre los
helechos como
pedacitos de
ci~lo
que las tem–
pestades arrancan
de
la gran bóveda del
mun~
do, esparciéndolos por la tierra. La Naturaleza
está
8lH so18,
ateñta
á
sí misma, regocljándo–
le
en
8U
paz nemOltosa,
y
108
caminantes creen
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