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212
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(
""'
,
-
-Debe intentarse'atraer
al
rebafio la óveja
ex-
·traviada, llamarla, correr tras
e1l8~
'Si
á
pesar
de
eso no .quiere venir•..
,, -Ya ves cómo
tus
,esfuerzos no han 'tenido
éxito.
- ¿Qué sabes tú? Yo no pierdo la
esp~ranza.
H e hablado. El me ha oído. Derramé la pala.
bra/
divina ~
¿Puedes
tú,
aseg~tar
que no
fruc~
tifique algún día? :.
., -
D.
Juan movió la cabezá indicando duda.
cPor de pronto - dijo,-bueno
e~
,que se
marche. No es nada conveniente que ese hom–
bre esté
m~s
tiempo en
~~
casa. Nos privamos
de ' una
excelent~
compatiía; pero es. preciso " .'
que salga de aquí. No carece de atractivos-su–
perficiales. Hay en todo él cierto,brillo queJas–
cina y encanta. 'Tengo una hija bastante
Hn–
presionable.••
- ¿Pero qué, temes que Gloria•..
?
~No,
notemo nada... . ¿Cómo puedo imaginar
que mi hija••.
?
Hay aquí un abismo insupera.-.
,
,
ble, la religión, y ante ese obstáculo creo que"
no ya el buen juicio, sino la fantasía misma
y
la
sensibilidad de una
j~ven
educada
en
el ca-,
tolicismo, deben detenerse. No puede ser de otro
modo..
a
Pero con-todo, aunque es grande
mi
confianza en ella., bueno es alejar hasta
la
más -
remota probabilidad.