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r.
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208
B. PÉRBZ
GALD6s
y
cuando
~sto
pensaba, aquella voz secreta
de su alma, que otras veces le daba consejos
de orgullo, deciale ahora:" cLevántate,
Do4e–
mas.
~u
entendimiento es grande
y
poderoso.
Abandona esa sumisión embru"teCedora, aban-
. .dona
la
·pusilanimidad
que te ha
oprimido,
y
haz cara
á
las preocupaciones,
á
los errores,
á
las
ideas
false.s donde quiera que se
hallen.
Tú
puedes
ml1cho~
Eres
grande: no te empet1es
en .
ser chicá.
Tú.puedes volar
hasta.los
ástros:
no
te.
arrastres por
la
tierra.
a
Gloria, oyendo estQ, decía:
cS1,
s1. Yo
sé-más que
mi padre,
yo
sá
más
que
mi tío. Les oigo hablar, hablar mucho con
el sabio lenguaje de
108
libros,
y
en
mis
aden–
tros .digo:, .Con una frase sóla echaría abajo·
toda esa balumba de palabras.• Ellos son bue–
nos,
están llenos de rectitud; pero
no
sjenten
el amor, que es
el que
ata'y desata. Se fijan en
la
' soperfi~ie;
"pero
no
ven '
el
fondo. Yo, ilumi–
nada, lo veo
y
lo toco. No puedo'
equivocarme,
porque
una luz divina me acompatla, porque
amo,
pOl'que
las sombras que
á
ellos
les
obs-
!
corecen
la
vista,
caen
delante
de mí. ¡Ay,
si
me atrevieral •• . Yo he sido
hipócrita; yo
me
dejá
COl'tar las
alas,
y
cuando me han vuelto
crecer
he
hecho
como si
no
las
tuviera•..
He
afectado
someter mi pensamiento al
p~nsa·